Un grupo de investigadores ha concluido que las personas que tienen un cerebro y un cráneo más alargados —rasgo típico de los primates— podrían ser descendientes directos de los neandertales, según un estudio publicado este jueves en la revista científica Current Biologoy.
Los investigadores realizaron una serie de tomografías computarizadas de siete cráneos de neandertales fosilizados, así como de 19 cráneos humanos modernos, lo que les permitió analizar el interior de estos cráneos y medir su redondez. Asimismo, los científicos analizaron alrededor de 4.500 humanos vivos que tuvieran tanto datos genéticos como imágenes de resonancia magnética (IRM) de sus cerebros.
«Pensamos que si pudiéramos identificar fragmentos específicos de ADN neandertal en una muestra lo suficientemente grande de humanos vivos, podríamos probar si alguno de estos empuja hacia una forma cerebral menos globular», explica Simon Fisher, neurogenetista del Instituto de Psicolingüística Max Plack en Nimeja (Países Bajos) a Live Science. «[Esto] nos permite centrarnos en los genes que podrían ser importantes para este rasgo», continúa el científico neerlandés.
No obstante, Fisher subraya que los efectos de las variantes del gen neandertal son pequeños, por lo que —asegura— uno no puede advertir si alguien procede de los neandertales con tan solo ver la forma de la cabeza de alguien.
Según este nuevo estudio, los fragmentos de ADN neandertal analizados contenían dos genes previamente analizados en otra investigación sobre el desarrollo cerebral, uno relacionado con la generación de neuronas y otro asociado con el desarrollo de un aislamiento graso alrededor de las células nerviosas.