El Salvador, su pueblo, la izquierda salvadoreña rinden homenaje al líder histórico Schafik Jorge Handal, que un 24 de enero de 2006, luego de expresar la solidaridad del pueblo salvadoreño al pueblo de Bolivia, por el triunfo presidencial de Evo Morales; fallece en plena actividad revolucionaria, de la manera digna en que caen los guerreros que han entregado su vida a la causa de la liberación popular.
A 13 años de su desaparición física, el legado político de Schafik, el legado de un revolucionario, es bien visible para las actuales generaciones, que ahora pueden expresar públicamente su pensamiento político con plena libertad.
La causa revolucionaria que Schafik lideró a lo largo de su fructífera vida; ya fuese en la clandestinidad o de forma pública; en el ámbito nacional o en el internacional, como dirigente de masas o como funcionario público; aportó una visión transformadora y de avance democrático en cada momento de la historia política salvadoreña que le tocó construir.
La legalidad y legitimidad de los procesos electorales en los que ahora participan partidos tanto de izquierda como de derecha, sin temor a la persecución política institucionalizada o auspiciada por grupos oligárquicos de poder, es precisamente uno de los principales legados del Comandante Simón, como se le conoció a Schafik en el contexto de la guerra popular revolucionaria de El Salvador.
Los fraudes electorales, las desapariciones y asesinatos por motivación política, la desigualdad en las contiendas, la represión en las calles, la censura impuesta por el Estado, el ataque a la libre asociación y sindicalización.
En pocas palabras la dictadura como forma de gobierno, por Schafik son cosas del pasado; malos recuerdos de los sobrevivientes de la guerra o bien historias de heroísmo de muchos veteranos que ahora se comparten con las nuevas generaciones, que dichosas viven libres del ambiente de persecución y exclusión política que combatió Schafik.
El legado de Schafik, el legado revolucionario de un revolucionario nos llama, nos motiva, nos obliga a luchar por preservar y consolidar esas conquistas políticas, que sólo un partido de izquierda pudo construir y que sólo un partido de izquierda puede asumir, preservar y consolidar, el partido que no legó Schafik, el FMLN.
*Filósofo salvadoreño