Gilda Bolt, embajadora de Nicaragua en El Salvador, destacó la vigencia de la impronta de Sandino, que intentó ser borrada y estigmatizada por las fuerzas del imperialismo que el revolucionario combatió hasta su muerte.
‘Nuestro patriota anda por los caminos de Nicaragua en la extensión de la salud, la educación pública, los programas socioproductivos, en integrar los poblados y caseríos más remotos a la nación’, afirmó la diplomática.
Para la también vicecanciller de Nicaragua, Sandino ha sido una bandera y el objetivo del movimiento sandinista, por su lucha nacionalista y antiimperialista, su capacidad como militar pero también como estratega pensador.
En tal sentido, reiteró que la izquierda regional encara grandes desafíos, y recordó que el propio gobierno sandinista de Nicaragua fue víctima de un intento de golpe de Estado entre abril y julio del 2018, perpetrado por la derecha.
‘Sandino vive en el corazón, en la conciencia de Nicaragua, y de la juventud de todos los tiempos: nuestro reto es que siga viviendo’, afirmó la embajadora para cerrar un acto que devino expresión de solidaridad con su país.