(Por: Francisco Parada Walsh)
En su eterna obra, Alberto Masferrer sustenta la salud, la justicia y la educación como pilares fundamentales de la sociedad. Tres palabras que dicen mucho de lo bien o de lo mal que una comunidad ofrece a los suyos.
Recientemente un gran amigo sufrió un aparatoso accidente de tránsito y tristemente para algunos miserables vale más el precio de un vehículo que la vida misma, ¿tan pata arriba estamos?: Si y falta más, mucho más.
En ese país confundido, embriagado por la pobreza y esa asquerosa riqueza surgen de las turbias aguas una elegante y perfumada ánima que se llama hombre Aseguradora de qué?, ¿De sus intereses?, ¿De sus perversas ganancias?, surge ese hombre despiadado que se lucra hasta de la muerte, la vida, problemas le trae, no es lucrativa; desea imperativamente retorcer toda la verdad para evitar resarcir la masacre que su asegurado provocó, que todo quede en calma, en esa perversa impunidad.
¿Cómo puedo entender que por un carro ese hombre Aseguradora no escatime pagar quince o veinte mil dólares? , pero por las lesiones sufridas por mi gran Amigo como fue la pérdida del bazo y una fisura en la cadera que no sé qué limitantes futuras ocasionará apenas quieren negociar unos reales que no pasan de tres mil dólares.
Cuando mi Amigo me llamó para que lo asesorara cuánto pedir al hombre Aseguradora le dije sin recatos que pidiera cien mil dólares, quizá para muchos lectores esa cantidad es algo irreal pues el materialismo le ganó al existencialismo, el materialismo derrotó al humanismo y nos preocupa más la apariencia que la esencia, nos afecta más una pérdida material que la vida misma y lamentablemente los mismos dueños de las AFP cual genocidas casi siempre están en esas juntas directivas de las compañías aseguradoras donde se prefiere llegar hasta las últimas consecuencias y con su manada de sabuesos desesperan a la presa para que acepte unas migajas, me pregunto: ¿Fue mi amigo quien quiso chocar con una rastra de varias toneladas que invadió su carril?, ¿Será que mi amigo deseaba pasar postrado 45 días en cama para su recuperación?, ¿Qué pasaría si esto le sucede al hombre Aseguradora?
Porque entiendo que antes de emitir juicios arrebatados debemos ponernos en los zapatos del otro y luego ver las consecuencias de un acto demente de parte del motorista que manejaba ese monstruo como fue intentar pasar a otra rastra en el tramo de un puente, destrozar ese vehículo y la salud de mi amigo creo que toda la ley y justicia amparan al ofendido pero en ese país donde todo se arregla con un favor que se debe, las cosas no parecen fácil.
El pasajero de mi amigo está inválido, fue operado en el Hospital Rosales y enviado a mi montaña. No mencionaré cantidades pero ¿Cuánto pediría de indemnización amigo lector si el joven inválido fuera su hijo?: Solo contéstese. Así las cosas, en un país donde el mínimum vital despiadado da paso a que un carro valga más que una vida dice mucho del canibalismo que se practica, aparentemente somos una sociedad normal pero la antropofagia se practica de tal forma que siempre la víctima es el pobre, muere el policía pobre, el soldado pobre, el pandillero pobre, el pasajero pobre y su muerte solo sirve para las “estadísticas de la muerte”, nueva asignatura donde lo importante son los números y no la vida misma.
Este litigio apenas empieza y deseo con todo mi corazón que el hombre Aseguradora no ajote a sus canes para entorpecer y dilatar una negociación y que mis amigos reciban lo que por ley y por justicia divina les corresponde.