No obstante que las elecciones presidenciales de EE.UU. serán hasta en noviembre de 2020, Donald Trump, ya está en campaña en busca de su reelección y por ello el viernes 29 de marzo de 2019 y siguientes anunció el corte de ayuda a los países del Triángulo Norte integrado por El Salvador, Guatemala y Honduras, con el objetivo de agitar su posición anti migrantes que aumenta su popularidad entre los votantes y políticos conservadores estadounidenses.
El problema de la migración de personas de países pobres a países ricos, jamás se resolverá con muros o con la suspensión de ayudas llamadas humanitarias, las cuales en última instancia tienen como objetivo crear condiciones para que la gente de los países destinatarios pueda acceder a programas de desarrollo que les de trabajo y no se vean obligados a tomar la dramática y riesgosa decisión de viajar en caravanas hacia los Estados Unidos en busca de la oportunidad que no tienen en su país de origen.
Si las caravanas de migrantes persisten es porque la inversión de estos programas humanitarios y la inversión de capitales nacionales e internacionales en los países pobres, no son suficientes para generar las plazas de trabajo que se necesitan, por lo que un real corte de la insuficiente ayuda estadounidense obviamente agravará el problema y la migración al margen de la buena disposición de los gobernantes, crecerá sin control, acompañada de las secuelas delictivas violatorias de los derechos fundamentales de los migrantes, particularmente de menores de edad.
Con esta forma tan agresora de tratar a nuestros pueblos, después que los funcionarios del gabinete de Trump o senadores ultraconservadores no se rasguen las vestiduras reclamando a los gobiernos de los países latinoamericanos de establecer relaciones con otras potencias como Rusia, la India o la República Popular China, segunda potencia del mundo que más que ayuda humanitaria, ofrece oportunidad para realizar inversiones libre de las presiones políticas del conservadurismos al estilo de Donald Trump.
Es triste y lamentable que el presidente de la mayor potencia del mundo, para ganar puntos a favor de su interés por la reelección, victimice a los ciudadanos más necesitados de los países que esperan de su mejor aliado, los Estados Unidos, un mejor trato, frente a lo cual no debe suplicarse, debe actuarse con dignidad y autodeterminación en defensa de nuestros compatriotas, trabajando fuerte por crear aquí mismo, en nuestro territorio el sueño americano.