(Por: Rosa M. Cubela)
Muchos padres son conscientes del papel que estos desempeñan en la educación de los niños e, incluso, algunos afirman que ellos solo compran y regalan juguetes educativos. Sin embargo, ofrecer a los niños solo este tipo de juguetes es un error porque en la diversidad reside el éxito. Veremos por qué comprar juguetes no es un juego.
Los juguetes no son solo un instrumento para llenar el tiempo de ocio de nuestros hijos, también los divierten y los hacen felices, les ayudan a desarrollarse, a coordinar los movimientos, y, en fin, a aprender y favorecer el desarrollo infantil en todas sus facetas. Unos desarrollan sus habilidades, otros ayudan a las actividades al aire libre, algunos sirven para pensar y otros para fomentar el desarrollo de las actividades relacionadas con el contexto escolar.
Los niños necesitan jugar. Eso les ayuda a madurar, a experimentar, a asimilar conocimientos y a conectar con el otro, lo que les permite expresar sus deseos e inquietudes, que no pueden o no saben transformar en palabras, y que encuentran salida a través del juego. La selección de los juguetes es siempre una difícil decisión para los padres. Existe una gran diversidad de juguetes en el mercado.
De modo que, si quieres que tu elección sea acertada, elige juguetes cercanos al mundo del niño, que le permitan desarrollar su imaginación, que sean adecuados a su edad y propongan una actividad interesante para él.
La mayoría de las veces ellos piden y nosotros, los padres, hacemos lo que podemos, mirando la cartera, la utilidad y que sean los juguetes adecuados para cada niño. ¿O quizás estoy equivocada y no lo miramos tanto? Como padres creo que ya hemos cometido algunos errores al respecto. A continuación, les ofrezco un texto para reflexionar, tomado de algún lugar de la red:
Decepcionante entrar en una tienda de juguetes y darse cuenta de que un niño puede ser astronauta, caballero, luchador, científico, piloto de dron, de avión, de bicicleta, montar un lego, etcétera, etcétera, etcétera. Mientras que una niña puede: cocinar, planchar, coser, lavar los platos, hacer la comida, cuidar la casa y cuidar a sus muñecas.
Padres y madres, abran sus horizontes, cómprenle a su niña una espada de luz para que pueda salvar el mundo… En fin, ¡algo que la haga saber y sentir que puede ser lo que ella quiera.
Enseñen que quien lava los platos es quien ensucia.
¡Enseñen a sus hijos hombres que cocinar puede ser increíble! Lavar platos, planchar y el cuidado de la casa son tareas importantes que deben ser compartidas.
Tanto los niños como las niñas sueñan con cambiar el mundo y ser héroes de su propia historia, no acabemos con esa ilusión.
¡Vamos a formar mejores seres humanos!