El politólogo estadounidense indicó que lo ocurrido con Lula fue lo mismo que se le hizo a Julian Assange para silenciarlos.
El activista estadounidense Noam Chomsky aseveró que la detención del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en abril de 2018, se hizo para silenciarlo al ser el candidato favorito en los comicios presidenciales de ese año.
Durante la charla pública de la organización «Democracy Now!», realizada el pasado 11 de abril, Chomsky enfatizó que el objetivo era «silenciar a la persona que era el probable ganador de las elecciones. Lula es el preso político más importante del mundo».
El politólogo reiteró que durante los Gobiernos de Lula (2003-2006 y 2007-2011) «Brasil fue tal vez el país más respetado del mundo. Bajo el liderazgo de Lula da Silva fue la voz del Sur Global».
Sin embargo, destacó que tras su salida del poder se implementó un «golpe suave» para acabar con los logros alcanzados, lo que se consolidó con el golpe Parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff en 2016.
La administración de Lula «fue lo que el Banco Mundial describió como la ‘década de oro’ en la historia de brasil, en la que se logró una reducción radical de la pobreza, una extensión masiva de la inclusión de poblaciones marginadas», dijo.
Chomsky manifestó que la gran incorporación de la población afrobrasileña e indígena a la sociedad brasileña generó «un sentimiento de dignidad y esperanza», lo que no podía ser tolerado por ciertos sectores del país.
El silencio de Assange
El politólogo declaró que lo ocurrido con Lula puede ser comparado al trato que se le ha dado al activista australiano Julian Assange, quien fue arrestado el pasado 11 de abril en Londres, luego que Ecuador le retirara el asilo político en su embajada.
«El arresto de Assange es escandaloso por varios motivos. Uno de ellos es lo relacionado con los intentos de los gobiernos (…) por silenciar a un periodista que estaba publicando información que las personas en el poder no querían que fuera conocida», dijo.
Asimismo, Chomsky cuestionó el alcance extraterritorial del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) en esta situación. «Es una situación descabellada. Es algo constante. Ni siquiera nos damos cuenta de ello. Al menos no es algo de lo que se hable», lamentó.