8 horas para el trabajo, 8 horas para el descanso y 8 horas para divertirse:1 de Mayo

René Hurtado

El 1 de mayo de 1886, en Chicago, Estados Unidos , se iniciaron las huelgas en reclamo por una jornada laboral de 8 ocho horas. Esta movilización comenzó con más de 80 mil trabajadores y se extendió a otras ciudades, por lo que más de 400 mil obreros en 5000 huelgas simultáneas entraron en paro. El punto de inflexión de la protesta tuvo lugar el 4 de mayo, en la masacre de Haymarket.

Una persona, cuyo paradero se desconoce, hizo explotar una bomba que hirió 67 policías y mató a siete. Las fuerzas de seguridad respondieron con disparos de armas de fuego y acabaron con la vida de muchos trabajadores.

El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los responsables del conflicto, de los que luego quedaron ocho. Todos fueron condenados: dos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca. Ellos se conocieron como Los Mártires de Chicago.

Por eso la fecha se decretó como un homenaje a ellos, aunque Estados Unidos es uno de los países donde no se conmemora el 1° de mayo como el Día Internacional del Trabajador.

La antesala de la protesta se produjo en 1884, cuando la Federación de Trabajadores de Estados Unidos y Canadá convocó a los trabajadores a reclamar por una jornada laboral de ocho horas.
En ese entonces, se solía trabajar entre 12 y 16 horas diarias y a veces, incluso, podía extenderse hasta las 18 horas, según la legislación norteamericana. Por eso el lema de la protesta era «ocho horas para el trabajo, y la consigna era” ocho para el sueño y ocho para la casa».

En 1886, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson de 1865-1869 quien era aprendiz de sastre, promulgó la ley Ingersoll que estableció la jornada de ocho horas de trabajo diario, pero con cláusulas que permitían aumentarlas.

Sin embargo, hubo varios estados y empleadores que la incumplieron. En ese contexto histórico, la respuesta de las diversas organizaciones laborales y sindicales de Chicago – en su mayoría compuestas por anarquistas, comunistas y socialistas- fue el inicio de la huelga del 1º de mayo de 1886.

El 1 de Mayo de cada año, es una jornada de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de 8 horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido 3 días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket.

Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. Uno de los objetivos prioritarios era hacer valer la máxima de: «Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso». Los mártires de 1886 El 1 de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron una huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.

En Chicago, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la de maquinaria agrícola McCormic, en huelga desde el 16 de febrero, y donde la producción se mantenía a base de esquiroles.

El día 2 de mayo, la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas.

Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.

La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el día 4, a las 16:00 horas, en la plaza Haymarket.

Se consiguió un permiso del alcalde para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como la revuelta de Haymarket. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.

Los sucesos de Chicago además costaron la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes europeos: Italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos, polacos y de otros países eslavos.

Los logros de los mártires
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El propio Federico Engels, compañero de Karl Marx, recogía este hecho en el prefacio de la edición alemana de 1890 de ‘El manifiesto comunista».

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