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Es hoy UNO de MAYO conmemorando la conciencia histórica y la convicción de una lucha más organizada y unitaria por los intereses y necesidades vinculados con los derechos laborales en el mundo del trabajo.
La explotación de los poderes fácticos y dominantes que se nutren a diario de la violación de derechos, promueven la ilegalidad con base en abusos, arbitrariedades, acosos laborales y sexuales, entre otras muchas acciones.
Somos parte de las fuerzas productivas que mueven la economía del país, que luchamos por una acción y proceso productivo sin discriminación y explotación de la población laboral, luchando por necesidades e intereses genuinos como clase explotada, por demandas socio-políticas y transformaciones sustanciales a la vida laboral de la gente que trabaja todos los días en lucha por ingresos suficientes y por el desarrollo de mejores condiciones para producir y por derechos laborales, en una acción progresiva y de bienestar por la colectividad.
Por demandas laborales que conduzcan al progreso social, la defensa y reivindicación de los derechos humanos fundamentales, para la población laboral en general.
Necesario trabajar la unidad de acción para un trabajo organizativo e incorporar el enfoque de género, lo generacional e inclusivo de las personas de la diversidad sexual y genérica.
Estamos por planteamientos político-laborales con la acción movilizadora, por el incremento a los salarios mínimos, el poder adquisitivo sigue contraído por sectores empresariales que acumulan riqueza de los excedentes productivos en acciones de explotación y expoliación laboral y lo invierten en otros países. Apoyamos plenamente la propuesta al Consejo Nacional del Salario Mínimo de un incremento sustancial a más de $400 usd (10/4/2019).
Estamos por una reforma integral al sistema de pensiones, hoy excluyente, acumulador de ganancia indecente en pro de las administradoras de fondos de pensiones; que sostiene una desvaloración de la mujer trabajadora, con menores montos de pensión, poco ahorro acumulado por los bajos salarios, que no alcanza para una pensión digna y de requisitos que anulan dar un enfoque de género que reivindique el derecho de maternidad, de protección social ante la economía del cuidado cargada hacia lo femenino e invisible en las cuentas de la economía.
Luchamos por un sistema de administración pública, unificado y con la incorporación de sectores mayoritarios de mujeres en actividades laborales de subsistencia económica, excluidas como tantas otras personas trabajadoras.
Hacemos un trabajo por reformas socio-laborales para mayores niveles de protección social y laboral. Apoyamos de igual manera las luchas sociales y políticas que lleven al pueblo a conquistar su emancipación y liberación de las fuerzas retrógradas del capital y de estamentos de la superestructura que mediatizan y desfasan ideológicamente la lucha social y popular.
En un nuevo contexto de autoridades a partir de junio próximo DEMANDAMOS:
Erradicar la violencia laboral debe ser obligación nata de la cartera de trabajo, es una realidad que incide de forma negativa en lo individual, familiar y en la sociedad, a partir de la acción empresarial—pública y privada—dentro de los procesos productivos que llevan a la nula dignificación de las personas que trabajan.
Demandamos la aprobación de una nueva convención internacional a discutirse en la próxima Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo-OIT.
La discusión será tripartita en junio 2019, y recoge la realidad de violencia existente en el mundo del trabajo, el nuevo gobierno debe aprobarlo y esperaríamos que el sector empresarial también, evitando de abstenerse u oponerse como país y, nuestra agrupación está promoviendo acciones de sensibilización y concienciación para su plena aprobación. La violencia laboral es resultado de la manera como hoy en día se produce y se organiza el trabajo por los dueños de los medios de producción y por quienes asumen el rol de empleadores.
La explotación se nutre de la flexibilidad y desregulación laboral, del deterioro de las relaciones laborales, imponiendo formas violentas que afectan a la persona trabajadora y la naturaleza del trabajo, deshumanizando con las largas jornadas de trabajo, pauperizando el trabajo como valor de la sociedad y viéndolo siempre como mercancía.
El deterioro de derechos laborales y sindicales son hoy formas en la práctica que incrementan la violencia en el ámbito laboral.
*Sindicalista salvadoreño