El alza de los precios del petróleo afecta negativamente y ralentiza la economía mundial después de que Donald Trump le declarase la guerra económica a Irán y diese una estocada a las exportaciones de crudo del país persa. Bloomberg se pregunta quién gana y quién pierde con un barril de Brent a 100 dólares.
El precio del barril ha subido un 33% desde principios de año y está cerca de ser el mayor de los últimos seis meses, explica el portal. Bloomberg recuerda que normalmente el precio de los hidrocarburos está unido al crecimiento económico mundial y, por tanto, a su consumo, pero eso no sucede en esta ocasión. Al contrario: el precio del crudo crece mientras la economía mundial se ralentiza. El escenario se debe a los límites fijados a la producción de petróleo y a las políticas del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos.
«Los ingresos de las corporaciones y de los Gobiernos de las naciones exportadoras [de petróleo] disfrutarán de una buena inyección monetaria mientras las naciones importadoras soportarán los costes, lo que puede aumentar la inflación y perjudicar la demanda. Al final llegará un momento en el que los altos precios podrían impactar negativamente en todo el mundo», señala Bloomberg.
Ese impacto variará. Un petróleo caro perjudicará el poder adquisitivo de los hogares y podría acelerar la inflación. Será el caso de China, el mayor importador de crudo, y otros muchos países de Europa que también son importadores. Pero como a mediados de año en el hemisferio norte es verano, los consumidores reducen el uso de los carburantes.
Bloomberg cita los datos de Oxford Economics, que muestran que, para finales de 2019, los 100 dólares del barril de Brent reducirán el producto interior bruto mundial un 0,6% y que la inflación crecerá de media un 0,7%.
Ganadores
Como las economías emergentes copan la lista de las naciones productoras de petróleo, se verán más afectadas —positivamente— que las desarrolladas. El aumento de los ingresos ayudará a tapar los agujeros de sus presupuestos y ello permitirá a los Gobiernos aumentar el gasto y, con él, las inversiones. Entre los ganadores se encuentran Arabia Saudí, Rusia, Noruega, Nigeria y Ecuador, según el grupo financiero japonés Nomura.
Perdedores
Una vez más, las economías emergentes. Pero esta vez, las que son importadoras de hidrocarburos. Será el caso de Turquía, de Ucrania y de la India. Esos 100 dólares forzarán a sus Gobiernos y a los bancos centrales a decantarse por dos opciones: aumentar los tipos de interés aunque el crecimiento se esté ralentizando o resistir o arriesgarse a una fuga de capitales.
Si bien los productores de petróleo de Estados Unidos están tratando de hacerse con las empresas que salen de Irán a raíz de las sanciones, la economía estadounidense no necesariamente verá beneficios de un barril a 100 dólares.
A todo ello se suma que el Fondo Monetario Internacional bajase en mayo su pronóstico de crecimiento global y haya dicho que el mundo está en un «momento delicado».