(Por: Linda Patiño)
La palabra ‘privacidad’ salió de la boca de Mark Zuckerberg decenas de veces en el F8 de 2019, la conferencia anual de Facebook para desarrolladores, que concluyó en San José, California. En ella está reafirmado un compromiso que marcará, si se cumple, un giro para la red social y todos sus servicios.
Pero esa visión, casi que obligatoria para la posición actual de la compañía, sobre el futuro llega en un momento de escepticismo por las crisis de los años anteriores. Zuckerberg señaló que los cambios tomarán tiempo, pero no hubo mención sobre el modelo de negocio de la compañía y sus anuncios segmentados.
“En un principio, puede sentirse que no estamos evolucionando, pero sin duda queremos evolucionar hacia lo que la gente quiere”, expresó el CEO.
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Durante la conferencia inaugural del F8, el fundador del gigante tecnológico presentó seis principios rectores para el desarrollo de las aplicaciones actuales y futuras de la compañía: interacciones privadas, encriptación, permanencia reducida, seguridad, interoperabilidad y almacenamiento de datos seguro.
Bajo esa figura, la encriptación de mensajes en Messenger o de ubicaciones compartidas en WhatsApp se une a un rediseño de la ‘app’ de Facebook (ahora blanca, no azul) que privilegiará las comunicaciones más íntimas al poner en el centro a los grupos. Unos 400 millones de usuarios en el mundo pertenecen a grupos ‘significativos’ para ellos.
“La privacidad nos da la libertad de ser nosotros mismos (…) entre más grande y conectado es el mundo, más relevante se vuelve tener un espacio para la intimidad”, expuso Zuckerberg.
Así mismo la idea de generar espacios de conversación “saludable” y de cifrar toda la información sensible, incluyendo las nuevas opciones de pago integradas parcialmente a Instagram y WhatsApp, viene acompañada del anuncio de una serie de consultorías externas que mantendrán por un año con expertos y gobiernos.
La semana pasada, Facebook anunció que establecerá mayores controles para el acceso de datos de los usuarios por parte de terceros, un punto crítico para la compañía después del escándalo Cambridge Analytica. “Reconozco que será un proceso difícil y con fricción, pero con el tiempo hará que Facebook sea una plataforma más confiable”, replicó el directivo frente a la posible decepción de desarrolladores externos que han preferido a la plataforma en el pasado precisamente por el acceso a la información.
A pesar de esas ideas, no pasa desapercibido el hecho de incluir el principio de la interoperabilidad dentro de una visión de privacidad. Aunque la idea sería que los usuarios puedan comunicarse con sus contactos por cualquiera de los servicios a través de canales cifrados, en el pasado, organizaciones sociales y gobiernos europeos han manifestado tener dudas sobre las posibilidades de integración entre las distintas aplicaciones de la compañía.
Pero la fusión, al menos parcial, es inevitable. Durante la conferencia se anunció, como se esperaba, que los usuarios de la aplicación de mensajería de Facebook Messenger podrán enviar textos y audios a sus contactos en Instagram y WhatsApp.
Así las cosas, un usuario que haya tomado la decisión de no usar Messenger podrá ser contactado por perfiles que lo tengan en Instagram. A pesar de la presentación, aún faltan detalles para establecer cuál sería el grado de integración, qué tantos datos compartirían entre sí los servicios o si los usuarios tendrían la oportunidad de negarse.
Por último, el fortalecimiento de los grupos también plantea frentes sobre qué tipo de control tendrá Facebook. En el pasado, la red ha enfrentado la existencia de grupos que se dedican a la difusión de contenidos como material de explotación infantil o el tráfico ilegal de estupefacientes. El incrementar la visibilidad de grupos afines podría plantear problemas en el futuro por la posibilidad de aumentar las burbujas ideológicas de los usuarios, al mostrar cada vez menos contenido contrario a sus propios intereses y perspectivas.