La pérdida consecutiva de tres elecciones presidenciales y la posible derrota legislativa y municipal, para el año 2021, obligan a un minucioso análisis, olvidando el electoral y las luchas de poder interno dentro del partido, junto con los intereses de los financistas.
Puntualicemos que ARENA se favoreció de la base social, con un fuerte contenido ideológico de Derecha, preparada, en los años 60´s y 70´s, por los gobiernos militares. Dicha base se catalizó, durante los años 80´s, sirviendo su mayoría en la Fuerza Armada, Reserva, Defensas Civiles y Patrullas Cantonales, fue una estructura de inteligencia y base política que explotó el Mayor Roberto d’Aubuisson, a la cual se sumó la mayoría de la clase media y campesina que deseaba orden.
Dicha estructura y cohesión política, lograda en esos años, desapareció paulatinamente, luego de los Acuerdos de Paz de 1992, por falta de preparación ideológica, creyendo que dicho aspecto sería innecesario en tiempos de paz y, sobre todo, ante la caída de la Unión Soviética. La élite política de Derecha, fue influida por obras como la de “The End of History and the Last Man” de Francis Fukuyama, quien propone el fin de las luchas ideológicas, Por lo que ya no hubo interés en la promoción ideológica dentro de la política, pues por su costo y esfuerzo, no daban frutos inmediatos electorales.
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Muchos esperaban que la ideologización fuese hecho por los candidatos en las campañas electorales, pero éstos, sin formación ideológica, no lo hicieron y las bondades del sistema capitalista no tuvieron difusión, dedicándose los candidatos a “ser queridos” – vacunando vacas, regalando piñatas y pelotas o prometiendo llevar electricidad y agua potable -. Lo que degeneró en populismo y en pequeños feudos, que ahora sirven, para el control partidario, y no permiten su adaptación a la nueva realidad nacional; también las gremiales abandonaron dicho quehacer, limitándose a la práctica de análisis y acciones limitadas.
Los gobiernos de Cristiani, Calderón Sol y Flores, se mantuvieron dentro de la línea liberal y, en algunos casos, hasta Mercantilista: en el Gobierno de Saca, hubo giro hacia el populismo y hacia el control interno del partido, iniciándose la lucha de poder que, hasta el presente, no ha permitido la estructuración coherente y vertical, de las campañas electorales subsiguientes, basándolas únicamente, en el marketing comercial.
Las luchas por el control interno de ARENA, la imagen deficiente de sus diputados, el abandono ideológico de los principios fundacionales del partido, los señalamientos de corrupción hechos por la izquierda – en su oportunidad no fueron contrarrestados convenientemente -, han inducido a muchos de sus simpatizantes, a adoptar posición políticamente neutra.
