Hernández, confirmó esta semana la supresión de los decretos ejecutivos PCM-026 y PMC-027, pero anunció la creación de otros dos para el mejoramiento de esos sectores.
Las normativas derogadas facultaban a la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación para que, con el acompañamiento de las comisiones interventoras, procedieran a la revisión del presupuesto y Plan Operativo Anual.
En opinión de la presidenta del Colegio Médico de Honduras, Suyapa Figueroa, esas facultades se prestaban para establecer decretos de emergencia, a través de los cuales se podrán realizar compras al margen de la ley.
Además, propiciaba ‘el despido de los trabajadores, y darle la potestad a las alcaldías y organizaciones no gubernamentales para que hagan sus contrataciones al margen de ley y la relación laboral, sobre todo a contratar el clientelismo político, que les asegura mantenerse en el poder, y abrir los negocios de quienes les van a financiar las campañas’, añadió.
Ante este panorama, la doctora Figueroa aseguró que los nuevos decretos creados por el Gobierno sin la participación de los dirigentes gremiales de Salud y Educación constituyen ‘un nuevo engaño y una falta de seriedad’.
Aseguró que las acciones de protestas continuarán en todo el país hasta conocer realmente el contenido de las nuevas leyes.
El gobernante, tras hacer el anuncio de los nuevos decretos instó a un diálogo sin condiciones y llamó a los maestros y médicos a retornar a las aulas de clases y hospitales.
‘Regresemos a los hospitales, centros de salud y educación para reanudar los servicios. Convocamos a los dirigentes gremiales a participar en las dos mesas de trabajo’, dijo el mandatario.
Para el comisionado de los derechos humanos, Roberto Herrera Cáceres, ‘esos PCM han sido la semilla de la discordia y se han eliminado, siendo dos factores esenciales en favor de Honduras’.
Los decretos de la discordia pusieron de manifiesto, a través de una ola de protestas pacífica, el descontento del pueblo hondureño con las políticas del gobierno de Hernández.
Al mismo tiempo la actitud represiva de las fuerzas de orden público, condenada por el Colegio Médico de Honduras.
‘Es vergonzoso que en vez de garantizar los derechos de su población el gobierno hondureño siga optando por reprimir las protestas con el uso indiscriminado de gases lacrimógenos y de armas letales, en violación de las normas internacionales’, refirió la institución en un comunicado.
De acuerdo con el Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), durante los últimos 10 años, el presupuesto del sector Salud ha tenido aumentos y disminuciones.
Sin embargo, pese a la crisis del sector Salud y a las denuncias sobre carestías de equipo médico y logístico, a las redes de corrupción operando, las autoridades no han hecho una buena ejecución del presupuesto.
Estadísticas indican que en ese período hubo una subejecución que oscila entre el 86,36 por ciento y el 95,95.
Sin embrago, el dinero no utilizado se transfiere a un fondo común que el gobierno emplea en proyectos como ‘Una vida Mejor, Actívate, Mejoramiento de zonas recreativas’, entre otros.
Se trata de una crisis prefabricada para privatizar la salud, aseguró el doctor Marco Antonio Pinel, técnico en la Secretaría de Salud citado por Cespad.
Desde mediados de los años 90, con la implementación del sistema neoliberal en el país, los gobiernos de turno han ido reducido el gasto social, pues el objetivo principal del sistema, sostiene, es la maximización de las ganancias o lucro económico y no el bienestar del ser humano, enfatizó.
En este sentido ‘el gobierno lo que hace es poner a la Secretaría de Salud como un ente coordinador débil que no puede ejercer sus funciones y así favorecer la privatización de los servicios públicos, poniendo como justificación que el sector privado es más eficiente’, enfatizó.
Agregó que ‘en el fondo lo que buscan es comercializar los servicios de salud básicos, obligando a los más pobres a pagar por un servicio que como derecho humano es gratis y al mismo tiempo no ejercen ningún control hacia las empresas que comercializan salud’.