Servir y a mi manera…

(Por: Francisco Parada Walsh)


«Hola doctor q tal ha estado, espero que bien i diosito lo cuide i lo ayude i lo bendiga siempre. 

Mi hermano ya hay nuevos resultados, hasta ayer aún no teníamos resultados pero ya ahora si ya hay buenos resultados, mi hermano ¡si puede hablar! ¡ya puede andar!

Ya puede comer él solo, todo eso él no lo podía hacer pero ya gracias a diosito él ya va para recuperación, gracias a dios i a usted x su ayuda, se lo agradezco mucho doctor x haber intervenido en ese momento si no mi hermano se nos muere pero diosito nos ayudó x medio de usted, le deseo muchas bendiciones para usted”.

El párrafo anterior es el agradecimiento del hermano de un paciente a quien referí ante la gravedad que presentaba. Después de leerlo detenidamente me doy cuenta que no hice nada especial, nada, más que servir, creo que lo único que el ser humano se lleva cuando muere es el recuerdo del servicio prestado, de ahí, todo acaba.

Sentí mucha contrariedad cuando atendí a este joven pues su aspecto humilde hizo que visitara un centro asistencial y en tres ocasiones fuera enviado a su casa con unas pastillas de tiamina y de ácido fólico, ¡No se vale!, el paciente es un ángel que Dios envía para ver si hacemos lo que agrada a él, es una gran oportunidad de servir sin importar credo político, clase social y menos el color de piel.

¿Cambió mi vida los 20 pesos cobrados por medicarlo y referirlo? En absoluto, esos reales nunca fueron míos pero leer ese texto si cambió mi vida, quizá soy como las culebras que mudan de piel y de vidas pues conmoverme un sencillo mensaje dice mucho porque decidí escalar mi montaña; si en los años que llevo ejerciendo una de mis profesiones como es la medicina porque tengo un sinfín de profesiones he salvado tan solo una vida mi paso por el planeta Tierra Roja habrá valido la pena.

Generalmente cuando escucho “A mi manera” en la inigualable voz de Sinatra siempre tengo una copa de vino que en vano limpia mis venas y cuando tengo una copa de vino siempre escucho “A mi manera”, al fin no me entiendo pero el vino y la música son dos amantes perpetuos que quisiera nunca me abandonaran y cuando la rocola dice: “El final se acerca ya, lo esperaré serenamente…”si dios o el diablo me permitieran morir en la cama de un hospital quisiera escuchar esa canción y aclaro, en mi caos ordenado he entendido que nada me llevaré y que ante la inminente muerte que cerca galopa, debo entender que servir al otro es el acto más puro de amor.

Por costumbre decimos querer a nuestros seres queridos pero ¿Qué amor pude sentir por ese humilde joven que apenas balbuceaba palabras?:

En apariencia no debí sentir ningún amor pero en el trascurso de la consulta el estetoscopio fue sustituido por cariño, por respeto y por entender que todos somos uno y si en mi maldad permitía que ese joven no fuera atendido por los que saben también moriría una parte de mí, quizá el corazón, mi mente o mi alma, pero algo moriría.

“Gracias doctor por tendernos la mano, me siento agradecido con usted x que mi hermano otro día mas ya no era de vida así como estaba pero gracias a usted pudimos llegar a tiempo que aún se podía hacer lo posible por mi hermano, muchas gracias a usted, claro, así es como se construye un desarrollo para un país poder ayudarnos unos a otros.

Gracias a usted x ayudarnos, dios lo va a bendecir a usted mucho en su trabajo, en todos sus que haceres de su vida doctor”, ¿Debo sentirme importante por recibir tan nobles palabras?: No, soy yo el agradecido por estar del lado del que puede dar, del lado del que puede SERVIR. Y todo acabó.

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