Tomas de calles y carreteras y algunos conatos de quemas de negocios, es el escenario que se vivió en Honduras, en una nueva jornada de protestas por parte de la ciudadanía que ha salido masivamente a las calles a exigir la salida del poder del gobernante, Juan Hernández, por considerarlo responsable de actos de corrupción y nexos con el narcotráfico.
La indignación de los hondureños ha resurgido luego que elementos policiales, aglutinados a las unidades élites de la institución uniformada (Tigres y Fuerzas Especiales) se declararan en paro, denunciando violaciones a sus derechos y abusos por parte de sus autoridades.
Los policías manifestaron, mediante un comunicado, que no reprimirán a la población que se manifieste en las calles porque las protestas son justificadas.
Elementos de la Policía Nacional Preventiva se enfrentaron contra los elementos de las Fuerzas Especiales y Tigres, en varias acciones registradas en Tegucigalpa. A raíz de los incidentes entre los uniformados, la población reaccionó de manera espontánea y comenzó a tomarse puentes, calles y carreteras en los cuatro puntos cardinales.
Momentáneamente la población está siendo reprimida por los elementos de la Policía Nacional Preventiva y de la Policía Militar del Orden Público.
“No te queremos, ándate, ándate, ya no te aguantamos”, gritaba una mujer en el bulevar de las Fuerzas Armadas de Tegucigalpa al dirigirse a las cámaras de televisión de los medios de comunicación que cubrían una toma de calle. La mujer se dirigía al gobernante hondureño, quien de acuerdo a documentos desclasificados de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, está siendo investigado por la DEA desde el año 2013 por supuesto tráfico de cocaína a gran escala y lavado de activos.
El gobernante hondureño es hermano de Juan Antonio Hernández, alias “Tony” Hernández, un presunto narcotraficante que se encuentra recluido en una cárcel de Nueva York desde noviembre de 2017, acusado de traficar toneladas de cocaína, utilizar armas para proteger sus cargamentos y brindar información falsa a agentes federales. El juicio contra Hernández está programado para septiembre.
Esta leyenda ha sido colocada en una manta durante una toma en la colonia Hato de Enmedio de Tegucigalpa.
Corrupción
Juan Hernández ha sido salpicado por la corrupción. En junio de 2015, cuando se descubrió el descomunal saqueo en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), confesó que su campaña política de 2013 recibió al mensos 150 mil dólares de empresas que participaron en el desfalco.
Según publicaciones de medios locales, Hernández y su entorno familiar habrían drenado al menos 4.500 millones de lempiras de instituciones del Estado mediante la utilización de organizaciones no gubernamentales.
Honduras viene enfrentando una crisis de ingobernabilidad que se acentuó con las elecciones de noviembre de 2017, por un fraude electoral y por la violación de la Constitución de la República, que prohíbe la reelección presidencial.
Hernández, sigue a merced de una crisis de legitimidad y en medio de dos diálogos: uno gestado por él mismo con sectores afines y otro liderado por la Plataforma por la Defensa de la Salud y la Educación, integrado por los docentes, médicos y personal de la salud, con el respaldo de la mayoría de los hondureños, que exige un sistema sanitario y educativo gratuito y de calidad. La exigencia comenzó para hacerle frente a un proceso privatizador de la salud y la educación, iniciado en los últimos nueve años.
En medio de la lucha por la salud y educación, que inicio desde abril, los ciudadanos han seguido exigiendo, mediante protestas, la salida de Hernández.
La crisis social en Honduras se ha comenzado a sentir en las últimas horas con el desabastecimiento de combustibles en las principales ciudades del país, debido a un paro de labores por parte del sector de carga pesada que lleva tres días consecutivos en tomas de carreteras.
Esta noche se reportaban cierres en las carreteras que dan acceso a las fronteras con El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Mientras las empresas de transporte interurbano anunciaban el cierre de operaciones para mañana.
Esta noche los hondureños se siguen auto convocado a las calles y han programado un cacerolazo a partir de las 8:00 de la noche.
Mientras la crisis se acentúa con el paso de las horas, el gobierno de Hernández no ha reaccionado al respecto. Lo único que se ha observado es el gran despliegue de militares en la Casa Presidencial.