(Por: Dr. Carlos Alberto Escalante. Médico Psiquiatra)
El nuevo gobierno tiene buenas intenciones. El pueblo que lo voto fue amplio y está confiando en que avanzará en el cumplimiento de lo ofrecido beneficiándole ampliamente y de manera integral.
Algo que no está a su favor es que son muy pocas las instituciones encargadas de apoyar al Estado, en cuanto a solides y credibilidad en su funcionamiento estatal y constitucional. Por lo tanto, el gobierno, aún con buenas intenciones difícilmente tendrá resultados sostenibles funcionando en base a decretos de forma aislada.
Debe planificarse todo, y que las estructuras nuevas e instituciones aún frágiles, débiles o erradas en su función, se alineen a las fuertes ya existentes; y el Presidente ha de tener mucho que ver en ello, su respeto a la separación de los poderes ya establecidos las fortalecerá y les motivará hacia el cumplimiento de las funciones para las que han sido creadas.
La función seguridad del Estado no debe de verse solo como una actividad y las correspondientes acciones en favor de controlar la violencia ya sea la social o la delincuencial, las cuales en su conjunto seguramente se convierten en factores de causas estructurales y exigirá tener muchos conocimientos, sabiduría y la asesoría técnica profesional oportuna para un abordaje racional, la cual tiene que ser multidisciplinaria tal como se debe de concebir al individuo dentro de su comunidad.
En la superficie de la grave problemática nacional aparece la violencia que se produce entre la juventud de este país; esta hay que verla como el subproducto de un cierto abandono de este sector el cual durante años y años ha estado marginado en lo relativo de ser atendido en sus necesidades en cuanto a servicios básicos: salud, educación, vivienda, tener una familia, y que esta tenga trabajo etc.
Es así como sin temor a equivocarme actualmente puede considerársele en su accionar como víctima y victimario y ademas contaminándose con el crimen organizado. Esta realidad obligaría a que gobierno y Estado retomen sus responsabilidades y sean cuidadosos en sus estrategias de control.
Ciertamente, cuando un individuo delinque, tiene que pasar a ser juzgado y recibir la pena, pero sin que pierda todos sus derechos, y es entones absolutamente necesario ofrecerle de manera sistemática y sin regateos la rehabilitación y reinserción.
Creo que si el nuevo gobierno implementa de manera gradual, permanente y de manera sistemática los abordajes interinstitucionales; y estos los realiza con el personal idóneo y sin que falte el componente del factor psicosociocultural, se podrá esperar la llegada lenta de la reducción del “malestar social imperante” y por ende poder gobernar para el futuro, pues, en la actualidad y desde hace rato se han venido haciendo esfuersos sin éxito, en el rescate urgente de lo olvidado y descuidado.
Con el debido respeto y consideración pienso que la característica especial del nuevo gobierno no solo sea no usar corbata y si una gorra sino también debe proyectar una imagen físicamente fuerte con gran consciencia del compromiso contraído, y la solidaridad necesaria con todos los que vivimos en este país, y sin ninguna distinción.