Manipulación del origen de la especie humana. (Una luciérnaga contra el oscurantismo)

(Por: Tirso Canales)


1. En la antigüedad diversos pueblos, crearon mitos y leyendas acerca del “origen milagroso” de los primeros hombres, y asociaban tales ideas con una mítica “creación divina”.

2. Sin embargo, en los propios mitos con que argumentan el “origen divino” de la especie humana, están las condiciones sociales que explican los fenómenos por sí solos; las leyendas bíblicas hablan de la creación del primer hombre, “con arcilla roja”, por una “divinidad” que animó su “alma inmortal”.

3. En otra versión simplemente dice, el Génesis 27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”; aquel mito bíblico reflejó el grado de práctica que durante los viejos tiempos se realizaba en el oficio de la alfarería, y de los escultores que trabajaban con barro en Asiria, Babilonia, Egipto, Judea y otros pueblos de la época.

4. Todas aquellas leyendas e inventos fantasiosos de la Antigüedad, fueron tomados por las religiones para crear una atmósfera de misterios y “milagros” que explotaron y explotan quienes incubaron otras creencias sobre aquel pragmatismo religioso.

5. Parecida idea con la del mito bíblico cristiano, sostiene el credo islámico; “Él (Allah), es el que mejoró a cada cosa en su creación y manifestó la creación del hombre de barro, luego puso su simiente en un extracto de agua vil. Dióle forma, y sopló en él de su espíritu”. “(El Corán, azora XXXII, aleyas 6-8)

6. Sin embargo, desde tiempos inmemoriales, los individuos observaron ciertas semejanzas entre ellos y algunos animales, como los monos, y empezaron a preguntarse cuál sería el origen de unos y otros.

7. Numerosos filósofos concebían de manera intuitiva el origen natural del hombre; Epicuro, filósofo griego (341/270 a.n.e.) fue uno de los primeros en defender el origen del hombre, al margen de cualquier “creación divina”, aunque no tenía los medios científicos para demostrarlo.

8. En el proceso de investigación científica acerca del origen del hombre, el mayor mérito experimental correspondió a Aristóteles, filósofo griego, (383/322 A.N.E.) quien investigó por primera vez el cuerpo humano, y asignó al hombre un lugar a la cabeza del reino animal.

9. Aristóteles estudió analogias y diferencias entre el hombre y los animales antropomorfos, como el andar erguido, su encéfalo de grandes proporciones, el lenguaje y el raciocinio. A pesar de sus tentativas científicas, de sus resultados y búsquedas, su fantasía le dio para que inventara “lo que él llamó” “el primer motor” que la religión buscaba con urgencia para capturar la conciencia de los individuos.

10. Cuando colapsó el desarrollo de la cultura griega ante el dominio del imperio romano, la tendencia materialista de la ciencia casi desapareció por completo; sin embargo, venciendo al dominio de la escolástica de la Iglesia, (siglos IX-XIV), especulación filosófico-teológica que se desarrolló durante el feudalismo, renació la concepción filosófica materialista de la historia.

11. La larga permanencia de la educación activa de la sociedad, basada en las partes negativas de la obra de Aristóteles y la del médico, Claudio Galeno, impuestas por la Iglesia, produjo un atraso cultural de 2,000 años.

12. La religión con su organización de iglesia, siempre tuvo planes claros de dominación espiritual, y en consecuencia, material de la sociedad, desde el momento en que depositó el destino del Cristianismo en Constantino I, (Edicto de Milán año 313); la Iglesia, después de haber recibido de él un imperio de poder, engañó y sometió a muchos millones de almas. La iglesia le premió con el título de Constantino “el Grande”.

13. Durante más de 2000 años los científicos lucharon a muerte contra la religión, por establecer el único y real origen de la especie humana. El investigador inglés, Charles Darwin, (1809/1882), dotó a la humanidad de una teoría científica que propuso dos ideas que revolucionaron la investigación biológica: 1) Que las especies descienden unas de otras, y 2) La causa de su evolución es la selección natural, debida a la competencia por nuevos recursos, que en definitiva propician la supervivencia de los individuos mejor adaptados de cada especie. Entre estas especies está la humana.

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