Arístides Espinoza
Poeta salvadoreño
Las pupusas que se hacen con empeño,
de frijoles, chicharrón, revueltas o de queso,
se comen con las manos y es por eso
que tienen el sabor salvadoreño.
El arte culinario en su avanzada,
del comal bien doraditas a la boca
la gente por su elección se vuelve loca
y se comen más de seis de una sentada.
La viejita del pueblo leña mete
bajo el comal que calienta a fuego fiero,
las de queso con loroco son primero.
La pupusera en la cuidad sirve el banquete,
El curtido, salsa roja y con esmero
la taza de café como ribete.
¡Aficionado el pueblo a la típica comida,
asi como es hoy lo fue en antaño,
comiendo pupusas todo el año!
La costumbre nacional jamás se olvida,
y en la distancia la nostalgia que reseña,
el emigrante con las pupusas sueña.
FIN