(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)
«Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. ¿Por qué hay una inclinación de ciertos grupos a culpar al FMLN del problema estructural de las pensiones? Pareciera que la consigna de estos grupos es “acabar” con la oposición de dicho partido ante la nueva correlación que existe en el país.
En definitiva que existe algo de eso y el nuevo bloque legislativo para el tema de las pensiones está formado por CD-GANA en primera instancia y en 2º momento interviene ARENA-PDC-PCN, que claramente velan por los intereses de la AFP, son los partidos políticos que hoy y siempre han defendido los intereses del capital corporativo—no nos perdamos. Es GANA como vehículo que se usó para llegar a donde está, dado que el CD fue dilapidado antes por intereses oscuros.
Estos últimos dos partidos han presentado reformas, y GANA mantuvo una propuesta en el 2017, que precisamente el actual Ministro de Trabajo apoyaba ciegamente—de eso no se dice nada. Y el CD hoy está en alianza con el Gobierno de Bukele, por ende ve la posibilidad de crecer en todo lo que le hace falta, es su momento. En concreto estos dos agrupamientos han movido los intereses del tema de pensiones con ciertas reformas puntuales, para volverlo a la agenda de los diputados, lo que vemos difícil y poco constructivo hasta hoy. Lo interesante de todo este asunto es que los movimientos sociales y sindicales que llevan esta bandera son muchos.
Sin embargo el tema no trasciende en tanto aún no se dimensionan los pormenores del tema. Todos a estas alturas deberíamos saber que el inicio de este entuerto comenzó con la llegada al poder ejecutivo de ARENA e impulsar la teoría del rebalse y el programa de ajuste estructural-sacar al Estado de sus obligaciones constitucionales—además de impulsar el consenso de Washington—todo esto impuesto desde las lógicas de los organismos internacionales, con base a la doctrina neoliberal que lo privado es mejor que lo público, y que con la consigna del proceso electoral con Bukele sobre “devuelvan lo robado” demostró fuertemente el estigma que en lo público, como parece ser en arca abierta hasta el justo peca.
En fin Calderón Sol (1996) impulsó a raja tabla el nuevo sistema de pensiones para pasarlo de cuentas colectivas en un sistema de reparto—solidario de unos con otros en materia salarial y generacional—a otro de cuentas individuales administrado por el sector privado y, evitar supuestamente la corrupción per se del lado público. Los estudios demostraron que el INPEP y el ISSS, no estaban en quiebra, y que lo que había que hacer era su fortalecimiento bajo el sistema de primas escalonadas; y nuevos estudios actuariales para organizar el sistema en cuanto a la suficiencia de beneficios, administración, lo financiero para su sostenibilidad.
Se trajeron expertos en la materia, que adujeron que el mercado de cotizantes era reducido y que se iban a quedar dos AFP, lo que resultó cierto, un duopolio que tienen ganancias en el negocio de una rentabilidad de más del 50% anuales, que la instancia de la Superintendencia de Pensiones aún no existía, y que el mercado de capitales o la bolsa de valores no era fuerte para buscar mejores inversiones y mayor rentabilidad de los fondos de pensión.
El país en una economía postrada; y se tomó la opción descontando esos análisis: privatizar los fondos de pensión e imponer un nuevo sistema que sustituyera al antiguo. Ese es el pecado original, a esas alturas el FMLN no entendía nada de los asuntos públicos y menos del tema de pensiones. Es claro que la única culpa es no haber entendido y posicionarse en una defensa férrea con el pueblo.
El otro asunto es que se amarró al INPEP y al ISSS y se les dejó ir una andanada de deslegitimaciones de su labor, se acusó de corrupción y que el viejo sistema público ya había dado lo mejor. Y se fijaron reglas, la carga social quedaba a cargo del sistema público—el pago de pensiones actuales y futuras—pero sin financiamiento, igual como había sucedido de manera dolosa que INPEP absorbiera a pensionados de los decretos 474 y 667, y además ocurrieron sin estudios suficientes aumentos en la pensión mínima que afectó seriamente las finanzas y reservas técnicas.
Luego después se desarrollaron reformas nocivas el d.l. 1217 y el d.l.100, que trastocaron todo, creando mayores déficit en las finanzas públicas, y privilegiando a un grupo que se pasó a las AFP, que demandó un cálculo mejor y una pensión vitalicia. Al Estado le toca cubrir los costos del anterior sistema de pensiones público y los vacíos de la ley SAP, a través de los impuestos, prestándole fondos a bajo interés a las AFP, en el FOP para cubrir el pago de pensiones.
*Sindicalista salvadoreño