Cientos de mexicanos lograron reunirse esta semana por escasos tres minutos con sus familias que viven en Estados Unidos en el reencuentro denominado «Abrazos No Muros» realizado en plena frontera entre la mexicana Ciudad Juárez y la estadounidense El Paso.
Por séptima ocasión, y después de suspenderse por un año debido a la crisis migratoria desatada por la llegada masiva de centroamericanos, el evento que organiza la Red Fronteriza por los Derechos Humanos volvió a vencer los muros para permitir que 260 familias de migrantes en Estados Unidos se reunieran con los suyos.
Padres, hijos, hermanos, nietos, tíos, sobrinos y esposos que viven del lado mexicano vieron a los suyos tras no reunirse en años, algunos hasta tres décadas.
Durante cuatro horas, el puente internacional sobre el llamado río Bravo en México y Grande en Estados Unidos, se convirtió en un punto neutro y sirvió como escenario de amor, nostalgia, lágrimas y la esperanza de volver a verse algún día.
Las familias iban desfilando lentamente para disfrutar esos escasos minutos de reunión.
«No tengo las palabras para expresarlo, es algo muy bonito, es algo que necesitaba», confesó a la AFP Brandon, de 20 años, mientras limpiaba las lágrimas de su rostro.
El joven vive en Estados Unidos y fue a la línea fronteriza para reencontrarse después de tres años con sus padres y sus cinco hermanos, quienes residen en México.
Defensores de derechos humanos han organizado encuentros similares en distintos puntos fronterizos.
En 2018 fue suspendido debido a una inédita oleada de centroamericanos que se lanzó a recorrer México en gigantescas caravanas con la esperanza de llegar a Estados Unidos escapando de la violencia y la pobreza en sus países.
Esto desató una dura reacción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha amenazado con cerrar la frontera o imponer aranceles a exportaciones mexicanas si este país no detiene la oleada de migrantes indocumentados-