(Por: Héctor González-Jiménez)
En los últimos años se han estrenado varias películas, como Yo, robot, Ex-Machina y Chappie, que retratan robots humanoides con una mente propia. Como investigador, tengo curiosidad por saber si es solo ciencia ficción o si estas películas ilustran temas reales que impactarán a la sociedad futura y los mercados de consumo.
Específicamente, me pregunto si los robots autoconscientes humanoides tomarán un papel activo en la sociedad y, posiblemente, serán consumidores de productos y marcas en el futuro.
Desde la década de 1950, la investigación de inteligencia artificial (IA) se ha centrado en la creación de “máquinas pensantes”. Más recientemente las empresas de tecnología como Google también están invirtiendo fuertemente en sistemas de desarrollo de personalidad de robots. Las predicciones de los expertos varían. Sin embargo, varios de ellos sugieren que la IA será plenamente consciente en las próximas décadas.
En mi reciente artículo sostengo que la aparición de robots humanoides equipados con IA tendrá enormes implicaciones para la sociedad y las empresas. Además creo que, si estos desarrollan una autoconciencia similar a la humana, la noción de lo que constituye un consumidor debería extenderse de humanos a robots, ya que los robots con IA también pueden usar marcas como un medio de autoexpresión.
La autoexpresión en humanos y robots
Hay muchos indicios de que los consumidores utilizan los atributos de imagen asociados con una marca para expresar su autoestima. Por ejemplo, un consumidor puede comprar un bolso Gucci para proyectar su riqueza en contextos sociales.
Curiosamente, los estudios muestran que alrededor de los 7-8 años la autoconciencia de los niños ha alcanzado una etapa de desarrollo que les permite asociar marcas con rasgos de personalidad y significado social. En consecuencia, los niños comienzan a usar marcas como medio de expresión personal y se convierten en consumidores proactivos.
Mientras tanto, los investigadores ya han desarrollado robots con IA que muestran niveles más básicos de autoconciencia y autoexpresión.
Sostengo que una vez que los robots desarrollen niveles de autoconciencia y capacidades de autoexpresión similares al humano, también se podrán convertir en consumidores proactivos. Esto tendrá implicaciones para algunos sectores clave de la economía, que se describen a continuación.
Sector salud
Estudios muestran que los robots pueden mejorar sus capacidades de aprendizaje social a partir de las interacciones humanas. Podría decirse que los futuros robots podrán usar voces y expresiones diferentes para mejorar las interacciones con los pacientes.
Además, una vez que los robots desarrollen capacidades de autoexpresión, podrán incluso buscar prendas o partes mecánicas específicas para el trabajo, para proyectar la imagen de un profesional médico. Esto constituye una oportunidad para las empresas.
Primero, podrán apuntar a los propietarios de estos robots, similar a la idea de que los padres compran productos para sus niños pequeños.
En segundo lugar, los profesionales de marketing podrían incluso apuntar a los robots directamente con sus comunicaciones de marketing digital, ya que, a través de la red, los robots pueden solicitar activamente productos específicos para personalizar su apariencia y participar en la expresión personal.