Tras la masacre de tres mujeres y seis niños pertenecientes a una comunidad mormona estadounidense en el norte de México el lunes, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador conversó con su homólogo Donald Trump para evocar una posible cooperación en la lucha contra los carteles de la droga, que toman como blanco las poblaciones que les resisten. RFI entrevistó a Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia y especialista en temas de crimen organizado en México.
Edgardo Buscaglia: Hay grupos sociales en México, como en el caso de esta familia LeBarón y de toda la comunidad de mormones que habita en esa área del noroeste de Chihuahua, que se han venido resistiendo a la captura social de la delincuencia organizada en sus comunidades. No aceptan que la delincuencia organizada les dicte cómo vivir, dónde trabajar, que les cobre extorsiones.
Varios de sus hermanos, familiares han sido secuestrados desde el año 2009 y dos de ellos asesinados. O sea que esta familia ya viene con un historial de enfrentamiento social contra la delincuencia organizada, de la misma manera que periodistas mexicanos lo han hecho investigando la delincuencia organizada y por lo tanto sufren violencia extrema y actos de terrorismo.
Edgardo Buscaglia: La violencia que sufre la familia LeBarón corresponde a una red criminal formada por políticos mayormente locales y sicarios, o sea pistoleros que son los que vemos en las calles cometiendo estas atrocidades. Por lo tanto la cooperación en la que Estados Unidos y México deben focalizarse no es la de una invasión militar o la de un ejército, como sucedía en México hace muchos años, sino la de desmantelar patrimonialmente a las redes de políticos en Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, que dan protección a estas redes criminales y que cobran obviamente para darles esta protección a través de financiamiento de campañas electorales.
Hay que desmantelar a las empresas que están detrás de estas redes criminales, como es el caso del Cártel del Golfo que opera a través de empresas de seguridad legalizadas en México. Son empresas de seguridad que importan armas y después esas armas van a parar a los sicarios que las usan contra la población civil. O sea que estamos hablando de actos de terrorismo y de delincuencia organizada, al mismo tiempo amparadas por políticos y empresas legalizadas.