El municipio de Izalco, Sonsonate, recibió el premio Fondo del Embajador para la Preservación Cultural (AFCP), por parte de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, esta semana, con el que se intervendrá la patrimonial Casa Barrientos.
La ceremonia de entrega fue presidida por el alcalde municipal de Izalco, José Guevara; la ministra de Cultura, Suecy Callejas; el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Ronald D. Johnson, y el señor alcalde del común, Rafael Latin.
El fondo contempla US$245 750 para la Casa Barrientos, un emblemático inmueble de arquitectura de tierra que forma parte de la rica historia de Izalco durante el siglo XIX y fue declarado Monumento Nacional por medio del Decreto Legislativo n.° 78, el 10 de octubre de 1991.
El Ministerio de Cultura supervisará el proyecto, a fin de verificar el procedimiento de restauración adecuado y proporcionar el monitoreo. También, ha designado a la arqueóloga Claudia Ramírez, una especialista en conservación de arquitectura de tierra, para restaurar las paredes de adobe.
“La Casa Barrientos es uno de esos espacios que nos recuerda una historia de más de 155 años y que tiene valores no solo estéticos o arquitectónicos, sino que tiene valores culturales históricos en cada una de sus paredes, pisos y salones”, explicó la ministra de Cultura.
Asimismo, la titular destacó la importancia que tiene este inmueble para la comunidad, recordando que la recuperación del patrimonio no es para rescatar ruinas, sino nuestra historia e identidades.
Para el embajador Johnson, esta iniciativa también dará la oportunidad a los artesanos de Izalco de mantener vivas las técnicas tradicionales de trabajar en madera, adobe y barro, ya que en la restauración se utilizarán materiales y técnicas empleadas originalmente para la construcción del inmueble, hace más de 150 años.
El proyecto tendrá una duración de dos años y será ejecutado en 19 fases. La remodelación consiste en la estabilización del inmueble, instalación de un equipo de seguridad, sistema contra incendios, aires acondicionados y luminarias.
“Con este proyecto, esperamos infundir una nueva vida a este inmueble y convertirlo en un espacio seguro para celebrar eventos culturales que ayuden a difundir el rico legado histórico que existe en Izalco”, añadió el embajador.
El nuevo proyecto de restauración cuenta con el apoyo de la comunidad, con la intención de efectuar un estudio antropológico e histórico para la creación del Museo de los Izalcos, ícono de la identidad, cultura y tradiciones de esta localidad.
Don Julio Domínguez, habitante la localidad, agradeció a las autoridades por este esfuerzo. Representa una alegría “tener algo bonito, esta casa es de nosotros, por así decirlo, porque nosotros convivimos acá”, concluyó el izalqueño.
El Gobierno de los Estados Unidos, a través de las embajadas a nivel mundial, entrega cada año el AFCP para destacar los patrimonios culturales de las diferentes regiones del mundo.
Desde el 2000, patrimonios del país se han visto beneficiados con el AFCP, entre ellos la preservación de la Gruta del Espíritu Santo, en Corinto, Morazán (2009); la restauración del techo y cielo falso de la sede de la Orquesta Sinfónica Juvenil de ProArte de El Salvador (2011), y la restauración de la estructura principal (P-7) y rotulación interpretativa del sitio arqueológico Cihuatán (2013 y 2016), entre otros.
Este año, 21 proyectos provenientes diferentes puntos del globo presentaron propuestas en busca de los fondos y 10 de ellas, incluyendo El Salvador, resultaron ganadoras.
Tal y como lo expresó el diplomático Johnson, si Izalco fue elegido entre estos proyectos solo demuestra el valor histórico, cultural, social y económico que tiene la Casa Barrientos.
Sobre la Casa Barrientos
La Casa Barrientos está protegida por la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, con los reglamentos para la ejecución de la Convención de 1954, en virtud del cual, el 17 de diciembre de 2012, se colocó el escudo azul correspondiente al monumento.
Este inmueble destaca por su valor patrimonial, pues construido en 1864, representa un nuevo sistema de red que condujo a una transformación urbana y arquitectónica de la ciudad; valor de la comunidad, al ser referente para los ciudadanos y perfilarse como un espacio ideal para el desarrollo y formación de la comunidad y grupos indígenas, principalmente para mayordomos y cófrades; valor estético y arquitectónico, en virtud de su gran tamaño y materiales de construcción; valor identitario, al ser un marcador cultural referente de la población; valor de autenticidad, pues conserva todos sus detalles originales desde el momento de su construcción, a pesar del deterioro.
Asimismo, por su valor social, que con el paso del tiempo y debido a sus grandes áreas y ubicación, se convirtió en un lugar para todo tipo de grupos y clases sociales; valor tecnológico, ya que se considera una construcción de alta calidad, en donde se emplearon técnicas que usan adobe, madera, cerámica y piedra; valor urbano, porque fue un paso inicial en el desarrollo urbano del siglo XIX en Izalco, y valor científico, en tanto que como un edificio histórico del siglo XIX, la Casa Barrientos tiene el potencial de convertirse en un centro para realizar investigaciones arqueológicas, de conservación e históricas.
