El sacerdote jesuita falleció en la madrugada de ayer en Taita Róga, donde permaneció alrededor de un mes.
El antropólogo, investigador y lingüista que nació en Mallorca es conocido por sus profundos estudios de la lengua y la cultura de los pueblos indígenas, con quienes compartió innumerables días durante su estadía en el país, al que arribó en 1954.
Las personas que trabajaron, que compartieron y que fueron sus amigos en el país lo recuerdan no solo por sus investigaciones y su extensa bibliografía. También por su cercanía con las personas, por su admiración por la naturaleza y por su habilidad con las palabras.
El profesor investigador Melquiades Alonso lo recuerda por su compromiso con los valores de la libertad y la democracia. Por sus preocupaciones por el genocidio indígena, por la deforestación, por la energía, así como por la educación.
“En ese sentido, admiraba a los pueblos indígenas, pues para ellos la naturaleza es madre y la madre no se toca, era también un compromiso con nuestra tierra”, dice el también religioso jesuita, el padre Gabriel Insaurralde, uno de los compañeros de Melià.
La hermana Margot Bremer, asesora en Teología de la Coordinación Nacional de Pastoral Indígena (Conapi), también lo rememora: “Quiero añadir otro aspecto que encontré como esencia de la vida de Bartomeu. Era una de las pocas personas con el don de corazonar, interrelacionando la razón con el corazón. Por eso su lenguaje era distinto al de los demás, lo había aprendido de los indígenas”.
SU TRABAJO. Un libro de artículos y ensayos denominado Diálogos de la lengua guaraní fue presentado a mediados de este año en la Feria Internacional del Libro de Asunción.
El padre recibió como distinción de su país natal el premio Bartolomé de Las Casas, por parte de la Embajada de España en Asunción, en enero del 2017.
Esta condecoración fue por su entrega a las causas de los pueblos indígenas de Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia; su férrea e inquebrantable defensa del pueblo Aché y su inapreciable labor sobre el terreno como defensor de la lengua guaraní.
Sobre su aporte a la educación, materia destacada igualmente en la distinción, el profesor Melquiades indica que “Melià siempre habló de descolonizar la educación; no de una educación para los indígenas, sino una educación de los indígenas”.
Fue propulsor de brindar formación de nivel universitario a los indígenas organizando el Diplomado de Educación Intercultural, donde egresaron 29 indígenas.
Condolencias desde el Chaco
Tras darse a conocer el fallecimiento del sacerdote jesuita Bartomeu Melià, de 86 años, en Puerto Casado lamentan la pérdida irreparable de quien en vida dedicara su trabajo a la defensa de los pueblos indígenas especialmente del Chaco con sus conocimientos y estudios antropológicos. El sacerdote Zislao Ksiasek, de la congregación de los misioneros salesianos, actualmente párroco de la iglesia San Ramón Nonato de Puerto Casado, expresó sus condolencias desde la comunidad pastoral y de la comunidad Maskoy. “Nuestro pésame y gratitud por su vida al lado de los pueblos aborígenes”, expresa el religioso. Melià era conocido en el territorio chaqueño por ser un incansable misionero, además por su aporte a la lingüística y antropológica de la cultura guaraní, indicó Alcides Manena, corresponsal en la zona.
El pa’i Melià fue reconocido internacionalmente por su entrega a las causas de los pueblos indígenas del Paraguay. Gabriel Insaurralde, sacerdote jesuita.
Era una de las pocas personas con el don de corazonar, interrelacionando la razón con el corazón. Margot Bremer, asesora de Conapi.