A su salud, familia Chávez Cornejo

(Por: Francisco Parada Walsh)

Una de las cosas que más atesoro es la amistad, más cuando viene de un lector que me busca y me llama, nos conocemos por teléfono, fieles lectores de mis lecturas o locuras; me envían hasta mi montaña embrujada dos memorias llenas de música y de la poesía más bellas del mundo, cinco páginas impresas con historias cuyos títulos son: “Velorios de Película”, “Si Dios concediera una entrevista”, “¿Qué es la música?”, “Compañera Muerte” y “Nietzsche” sin faltar una botella de ese vino que en vano ni limpia ni destapa mis venas.

Esa encomienda alzó vuelo desde Santa Tecla hasta mi reino; ¡Qué detalle más lindo! No merezco tal distinción, soy tan común como el más de los comunes pero sí valoro con toda mi alma el surgimiento de esa amistad en apariencia lejana pero es más cercana de lo que los humanos creemos.

Ese mismo día, ese sábado la botella de vino va a juicio, es condenada a muerte y encuentro el saca corchos y de un disparo le vuelo el tapón; invité a algunos amigos a que me acompañen, el cuarto donde vivo es pequeño, cada invitado se acomoda como puede, frente a mí está Borges, recién llega Benedetti, es Walt Whitman quien sirve el vino, de repente entra Cuco Sánchez con una botella de tequila, ¡Todos nos alegramos, mas guaro! Mientras, en un rincón del cuarto Ray Conniff limpia su trombón; a lo lejos se escucha el relincho y galopar de un caballo, ¿Quién más podía ser? es José Alfredo Jiménez que se baja de un bellísimo caballo blanco, la alegría en el rostro de Estela Núñez es evidente cuando ve entrar a Alfredo; mientras el vino corre cual caudaloso río se escucha el ruido de un carro, es un sencillo volkswagen, de él se baja Pepe Mujica quien trae unas butifarras, fritada y chicharrones; todos se sirven; es Cuco junto a Alfredo que afinan sus guitarras y cantan a dúo “El Rey”; todos guardan silencio, embelesados y otros no pueden ocultar las lágrimas traidoras al escuchar una de las más bellas canciones, terminan de cantar, los aplausos no se hacen esperar.

Tocan a mi puerta, es Neruda quien me da un fuerte abrazo, su acento es inconfundible, todos lo saludan, ya es evidente los efectos del vino; Borges le pide a Pablo que recite “Tengo Miedo”, pero Pablo parece ignorarlo mientras se sirve un trago de tequila; todos conversamos, recibo una llamada, es Eduardo Galeano quien se disculpa por la tardanza, no hubo bus de las doce; es Mujica, algo sordo que pregunta quién llamaba, le respondo que es Galeano.

Mujica se recuesta en un destartalado sillón café, cierra los ojos mientras escucha a Ray tocar “You make me feel so Young”. El tema que discuten José Alfredo con Whitman son las bajas pensiones que reciben y que para la última semana del mes apenas alcanza. Es Cuco quien pregunta sí quieren tequila, todos afirman, sirve sendos tragos, solo Estela pide vino, mientras José Alfredo escribe algo en una servilleta, le pregunto qué escribe y me responde con los ojos llorosos que es una canción dedicada al amor de su vida que recientemente lo abandonó por su mejor amigo, la canción se llama “La que se fue”.

Tocan discretamente la puerta, es Plácido Domingo, saca de unas bolsas anchoas, jamón serrano, alcaparras y aceitunas; las sirvo en diferentes platos, es Neruda quien unta un pan con anchoas; Borges invita a Plácido que no se ve tan plácido a sentarse junto a él, hablan sobre la independencia de Cataluña; la felicidad en el rostro de mis amigos es evidente; mientras Cuco Sánchez, con varios tequilas entre pecho y espalda canta “Por caja quiero un sarape, por cruz mis dobles cananas y escriban sobre mi tumba mi último adiós con mil balas”, momento que aprovecha Carlos Fuentes para subirse a una mesa, empieza a zapatear como el mejor bailarín de Flamenco y todos le aplauden; a lo lejos veo una figura dantesca, flacuchenta, es Escobar Galindo quien mientras se peina su ensortijada cabellera saca de una alforja varias botellas de vino, todos le aplauden al verle y al unísono le gritan cantá “Querida” de “El Divo de Juárez”. Es Mujica quien me pregunta el motivo de tan especial velada y le respondo que espero a unos amigos muy especiales, es a la familia Chávez Cornejo.

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