(Por: Yonaski Moreno)
Los imperios no solo dominan creando el caos y la guerra, sino que también intentan o destruyen la cultura de los pueblos que buscan dominar; a veces lo hacen de manera directa, destruyendo sus centros culturales con bombardeos; otras, de manera silenciosa. Por ejemplo, el Estado Islámico en mayo de 2015 destruyó Palmira, un museo al aire libre, a solo 210 km de la capital siria, y descrito por la Unesco como un “oasis en el desierto de Siria”.
A comienzo de este año, el presidente del régimen de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, amenazó con destruir tesoros históricos de Irán. En América Latina no han destruido patrimonio cultural material con bombardeos, pero está tratando de mellar el patrimonio cultural inmaterial, a través de un proceso de transculturización gringa, o proyanqui. Solo basta ver cómo algunos padres prefieren comprar a sus hijos un pijama con la figura de superhéroes como Capitán América o el Hombre Araña, que una donde aparezcan los rostros de los próceres de la independencia.
De acuerdo con la antropóloga Iraida Vargas, la garantía de dominación de los poderes imperiales, es que la gente no se sienta vinculada a su país, su historia, sus raíces, y eso se logra a través de ataques a los elementos culturales de una nación.
Durante una entrevista manifestó que “la oligarquía se da cuenta de que tiene que hacer unas transformaciones para obligar al pueblo a que se comporte de cierta manera”, al tiempo que destacó que al referirse a la cultura, se incluye incluso las gestualidades, las formas de hablar, de moverse, lo que comen, así como los bienes patrimoniales del pueblo.
La destrucción de la identidad cultural puede realizarse desde diversos frentes, explicó. “El ataque de la cultura de los pueblos comienza desde el mismo momento en que llega un invasor”, y no implica, necesariamente, la destrucción física de sitios históricos.
-¿Por qué se apunta contra la cultura de un país?
-La cultura es el ancla de la identidad nacional de un pueblo cuando tiene un Estado nacional. Es el ancla, la historia está integrada por hechos culturales. A lo largo del proceso histórico, los pueblos van generando elementos culturales, hechos culturales, bienes culturales, y eso va conformando un patrimonio.
La gente simplemente vive y en muchos casos tiende a no dar importancia a los hechos culturales, pero como te decía, en cuanto a hechos culturales, la cultura, los bienes, el patrimonio, la memoria, etcétera, todo eso conforma elementos en la identidad y eso en el caso de Irán, por ejemplo, es fundamental. Irán no tiene problemas para reconocerse como pueblo musulmán; es un pueblo que tiene una historia. Es más, se sienten profundamente orgullosos de esa historia, lo cual no es poca cosa, porque Persia fue fundamental en el desarrollo de toda esa región del Medio Oriente. En el caso iraní, por supuesto, hay un deseo de mantener, de preservar todos esos bienes culturales.
-Usted ha mencionado que la gente no está muy involucrada con su historia cultural. ¿Por qué sucede eso?
Estados Unidos, un país que destruye cultura
Estados Unidos no solo lanza bombas, ejecuta golpes de Estados, promueve guerras en el mundo; sino que también destruye sitios históricos. Por ejemplo, en el año 2003, cuando inició la invasión gringa a Irak, las tropas estadounidenses saquearon cientos de monumentos históricos, robaron piezas museables y libros irreemplazables para esa nación. Asimismo, desvalijaron el Museo Nacional de Irak.
Al menos 50 mil piezas fueron sustraídas, reseñó Cubadebate en nota de diciembre de 2018. Los ataques no terminaron ahí. La Biblioteca Nacional de Irak en Bagdad fue asaltada e incendiada, la Universidad de Bagdad sufrió el mismo destino. El 25 de febrero del pasado año, el representante de la alianza Al-Fath en el Parlamento iraquí, Muhamad Karim, denunció que gran parte de las piezas arqueológicas y lingotes de oro robados, fueron encontrados por unos grupos vinculados a Estados Unidos en las provincias de Salah al-Din (centro) y Nínive (norte) y luego trasladados al país norteamericano, reseñó por su parte HispanTv.
Varias de las antigüedades robadas fueron ofrecidas en subastas mundiales, la última de ellas, el muro asirio, que fue vendido en noviembre de 2018 por 27 millones 250 mil dólares, en la Casa de Subastas Christie’s de Nueva York, EEUU, añadió la agencia de noticias.
La garantía de la dominación es que la gente no se sienta apegada ni a su país, ni a su historia, ni a sus héroes; que no tenga héroes, heroínas; que no tenga amor por su tierra y entonces diga: “Ven, que tú me vas a salvar, la cultura que vale es la tuya”.
-Además de la destrucción física de ciertos elementos culturales, ¿de qué otra manera se puede atentar contra la cultura de los pueblos?
-El ataque de la cultura de los pueblos comienza desde el mismo momento en que llega un invasor. Es decir, el ataque no necesariamente se da destruyendo un edificio, como lo hicieron en Irak los gringos. La cultura se crea todos los días, aunque la gente no esté consciente de que está creando cultura. Cuando yo hago así (La antropóloga Iraida Vargas mueve la mano como desechando una idea) tú lo entiendes porque tú eres venezolana y yo también, pero tú nunca te has puesto a pensar que cuando mueves los dedos así (chasqueándolos) eso significa que lo hicieron rapidito; eso es un elemento cultural venezolano, muy parecido a lo que hacen en Colombia, a lo que hacen otros pueblos cercanos.
Tú creas cultura todos los días, desde ademanes hasta lo que comes, cómo vistes, cómo piensas, eso es fundamental en la cultura. El imperialismo convirtió la cultura en bellas artes, y entonces todo lo demás dejó de ser cultural y todo el que hable de todo lo demás, no está hablando de cultura, y dicen: “Estás hablando de política”, “estás hablando de lo social”, como si la política y lo social no fuera cultural. La cultura es algo más que las bellas artes.
Lo peor que puede pasar es que el imperio de las industrias transnacionales culturales sea totalmente hegemónico; ahora es casi totalmente hegemónico, pero esa es la peor amenaza. Esa es la negación de la particularización histórica de cada pueblo.
de que yo haga así (como quien desecha una idea) y tú entiendas, o que comamos arepa, o de que nos vistamos de una manera, y vengan y te digan que estás desfasada comiendo arepa, y que si es de vestir tiene que ser como la mujer que sale en la televisión; que si vas a hablar tienes que hacerlo metiendo palabras en inglés, y si vas crear algo tiene que ser sobre temas que les interesen a ellos. La peor amenaza es el fortalecimiento de las industrias transnacionales de la cultura.