La Iglesia salvadoreña se une para dar gracias a Dios por el decreto que da vía libre a la beatificación del P. Rutilio Grande S.J. y sus compañeros. El Arzobispo subrayó el aporte de los mártires a los cristianos de hoy.
Por: Manuel Cubías
La comunidad cristiana salvadoreña celebró esta semana, una eucaristía de acción de gracias por la próxima beatificación del P. Rutilio Grande S.J. y sus compañeros, Nelson Rutilio y Manuel Solórzano.
Mons. Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, invitó a toda la comunidad católica a dar gracias a Dios por “este regalo” e invitó “a que cada uno en su corazón, demos gracias a Dios”. Seguidamente declaró: “Es la mejor noticia que podíamos escuchar y nos congratulamos todos.
Cercanía del Papa
“El Papa estuvo de cerca en el martirio mismo, tenemos una carta de cuando él era provincial de los jesuitas en Argentina y escribió al provincial de El Salvador, solidarizándose con lo que se estaba viviendo aquí”, afirmó el Arzobispo.
Añadió los agradecimientos al Papa Francisco por toda la atención que él ha puesto para que el proceso llegue a este momento.
Agradecimientos
También explicó que “con la beatificación el culto es regional y cuando se canoniza, el culto es universal”. Mons. Escobar también se refirió a que el proceso de la causa había sido rápido y que se había trabajado con un equipo mixto, conformado por la diócesis y la Compañía de Jesús.
En este sentido agradeció el trabajo de los padres Anton Witwer y Pascual Cebollada, postuladores por la Compañía de Jesús, así como el trabajo de Mons. Rafael Urrutia, vicepostulador, representante de la Arquidiócesis de San Salvador.
Los mártires nos acompañan en el camino de la vida
Recogiendo el sentido de la vida de los mártires, Mons. Escobar Alas afirmó: “Nuestros mártires nos acompañan en el camino de la vida; son la vivencia del Evangelio, el Evangelio hecho vida de forma radical hasta dar su vida por el Señor.
Que esto nos impulse a ser radicales en la vivencia del Evangelio, dando la vida, viviendo nuestra fe con autenticidad, amando a Dios de corazón y este amor debe expresarse en el hermano que sufre, en el pobre, como ellos hicieron durante su vida”.