En Brasil, el número de feminicidios es aterrador y creciente. Con «coronacrise», puede esperar que estos números aumenten aún más.

A pesar de la insistencia del presidente Jair Bolsonaro en minimizar la «gripezinha», Covid-19 ha matado a miles de personas en todo el mundo y ha paralizado la actividad económica mundial. Brasil también ha comenzado a detenerse y, cada vez más, a aquellos que pueden permanecer confinados en sus hogares. Dado este nuevo escenario, con impactos aún muy inciertos, nos gustaría plantear una pregunta que ya aparece en los medios internacionales: la posibilidad de que aumenten los casos de violencia doméstica.

Los estudios realizados por la propia Organización Mundial de la Salud muestran que en tiempos de crisis económica aumentan los riesgos de violencia física y sexual. En un contexto de salud, crisis económica y social, “muchas personas sienten que están perdiendo el control y están buscando formas de lidiar con eso. Pero cuando un abusador siente que pierde el control, pone a la víctima en riesgo ”. Además, un estudio sobre la violencia en Rusia señala que los desencadenantes del comportamiento violento son más comunes los fines de semana, cuando aumentan las interacciones familiares. Este componente está presente en esta pandemia: mayor confinamiento.

En los EE. UU., La revista Time señala que, para las personas en situaciones de violencia doméstica, los bloqueos para detener la expansión de Covid-19 los confinan en casa con sus abusadores y los aíslan de personas y recursos para ayudarlos. Además, los abusadores pueden usar la pandemia como una forma de aislar aún más a sus víctimas de sus amigos, familiares y trabajo; incluso pueden amenazar con expulsarlos de casa si se enferman.

En China, también hay informes de aumentos dramáticos en la violencia doméstica en el período de cuarentena, especialmente en la provincia de Hubei. El número de casos reportados en enero en la estación de policía de Jianli en Hubei se triplicó (162 casos contra 47) en comparación con el mismo período del año pasado. Según un activista de la región, en este período «el 90% de las causas de violencia doméstica están relacionadas con la epidemia COVID-19».

En Brasil, el número de violencia doméstica y feminicidio ya es aterrador y creciente: según la prensa, según datos del Centro para el Estudio de la Violencia de la USP y el Foro Brasileño de Seguridad Pública, Brasil aumentó en 7.3 % en el número de casos de femicidio en 2019 en comparación con 2018 (1225) femicidios, y en 2019 1.314 mujeres asesinadas por este crimen de odio motivados por cuestión de género (o una mujer cada siete horas en promedio). Con el «coronacrise», que conducirá a un aumento del desempleo y la anomia social (aún más con un gobierno que insiste en actuar contra el resto del mundo, demostrando ser un caso de éxito al no contener un sistema sanitario, económico y económico). social, y creando una pandemia social, y sumado al «encierro», es posible esperar que estos números aumenten aún más.

Sí, es necesario hacer el cierre en este momento y reducir el contacto social, pero es necesario tomar en serio el tema de la violencia doméstica. Además, con el «coronacrise», las escuelas y otros espacios de vida están cerrados, así como las redes de asistencia reducidas por medidas para reducir el contagio o redirigidas a la atención relacionada con la epidemiología, lo que reduce el acceso a trabajadores sociales, asistencia médica o psicológica. . En este contexto, es importante que los gobiernos amplíen la red de seguridad para las mujeres.

Foto: Mladen Antonov / AFP

Al mismo tiempo, y desafortunadamente, debe recordarse que, en medio de una pandemia, el gobierno hizo recortes al Programa Bolsa Família (PBF): solo en marzo de 2020, 158 mil familias, principalmente en el noreste, fueron excluidas del programa. El PBF, un programa que ya ha sido un modelo para muchos otros países, ha demostrado tener un impacto en la autonomía financiera de las mujeres, dado que la gran mayoría de sus beneficiarios son mujeres. Por lo tanto, con el apoyo del programa, es más fácil para las mujeres dejar a sus parejas abusivas y poder mantenerse a sí mismas, pero con la caída de la cobertura, la dependencia de las mujeres y los riesgos aumentan aún más.

Entre la escritura y la publicación de este texto, por desgracia, se han confirmado nuestras predicciones. Las noticias del G1 publicadas el lunes 23/03/2020 señalan que los casos de violencia doméstica aumentaron en un 50% durante el parto. Según el artículo en Huffpost Brasil, las estaciones de policía de mujeres en São Paulo, incluso con empleados de retransmisión, continúan operando las 24 horas y los casos Nosotros, como sociedad civil, debemos permanecer vigilantes y mantener contacto con familiares y amigos; observe los cambios en el vecindario: en una pelea entre marido y mujer, sí, puede recogerlo; y pidiendo al gobierno que cumpla con medidas efectivas para mitigar el coronacrismo y combatir la violencia doméstica.

• Ana Luíza Matos de Oliveira es economista (UFMG), maestra y doctora en Desarrollo Económico (Unicamp), miembro del IE / Cesit / Unicamp WG sobre Reforma Laboral; Lygia Sabbag Fares es profesora de Economía en la Facultad de Administración y Gestión (STRAG ESAGS – FGV), Doctora en Economía del Desarrollo – Economía Laboral – Universidad de Campinas (Unicamp). Organizador del grupo de trabajo de género de la Iniciativa Young Scholars (YSI) – Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico (INET); y Gustavo Vieira da Silva es psicólogo y estudiante de doctorado en Psicología Clínica en el Instituto de Psicología de la Universidad de São Paulo (IP-USP).

Fuente: Carta Capital