Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Las decisiones gubernamentales de la persona del Presidente, que recogen el enclaustramiento obligatorio, ha tenido como efecto primario la paralización de toda la actividad productiva del país, estamos hablando de todo lo que mueve a este país—sectores formales e informales de la economía en la que descansa el país—los que generan plusvalía, y los que subsisten diariamente.
Las tesis están hoy en a) Los que se inclinan por impulsar las energías y recursos en la contención y saneamiento de toda la contaminación que pueda ocasionar el virus, y hasta haberlo superado y pasado a un estadio seguro, empezar a trabajar las consecuencias en la economía del país; y b) Los que se inclinan por un equilibrio entre las acciones derivadas para establecer todo lo necesario para evitar la propagación del virus y lo concerniente a establecer medidas para la economía de subsistencia.
El punto medular de todos estos dos enfoques se basan en varias ideas atinadas y desatinadas, entre las que encontramos la figura mesiánica (salvadora) del Presidente de la República, quien no ha dejado de brillar en sus diferentes alocuciones realizadas donde no termina de ceder su protagonismo a nadie—ni tan siquiera al representante de la OMS, de acuerdo a las apreciaciones del Dr. Cea ex director del seguro social, quien comenta que el presidente puede saber mucho de inteligencia a través de tecnologías comunicacionales, y de economía de empresas, pero no sabe nada de salud pública—eso implica que la tesis primera es equivocada o no se está llevando con toda la sapiencia que realmente se necesita. ¿Se considera esto una situación montada y que no es necesaria, y sólo se está manipulando con intereses aún poco claros?
La actuación de los funcionarios ha quedado en una evidencia de lo poco atinados que son, el punto a su favor es que una crisis así no es fácil llevarla por un rumbo acertado—errores de poca y mucha monta se han dado en la misma—los excesos y abusos se han manifestado y todo se dirime en las redes sociales, cada vez más desorientadoras y entregadas al debate nada ético y de conocimientos sobre lo que significa para el país una coyuntura de tal naturaleza.
Los cambios en la directriz de salud fueron muy atinados para permitirnos darnos cuenta, y la figura del actual ha sido más sensato y efectivo, excepto cuando se puso a argumentar que las aglomeraciones por la movilización de los 300 dólares, no fuera motivo para romper con la cuarentena y poner en riesgo lo realizado para la contención comunitaria hasta ese momento, ahora se sabe que hay contaminación en el área del cantón Lourdes, Colón, el cual es bastante populoso y mantiene una actividad económica importante. Alguien que tiene dominio y experiencia sobre lo que acontece, debió prever que una acción económica para mucha gente que lo necesita, era suficiente razón para desestabilizar todo lo planificado, aunque algunos opinan que es la falta de esto lo que ha conducido a los errores que se han cometido, lo importante acá es si dicha acción desarrolló posibles focos, ya de carácter autóctono, que es más difícil de contener.
Efectos de las medidas sanitarias son el carácter económico, en el mundo se habla de cómo crear compensaciones a los empresarios que sostienen cualquiera tipo de empresa, que se ve hoy sin la ganancia acostumbrada y con la obligación moral para con el Presidente, de que deben suplir los salarios de las personas trabajadoras que se han visto afectadas, lo que tiene como consecuencia un nivel de dificultad que aún no se dirime y el escenario se traslada a puntos moralistas del presidente de que es parte de un cumplimiento ético por la emergencia que se vive, y los decretos no definen con claridad meridiana la obligación legal para efectuar los pagos en concepto de salarios y prestaciones, y por el contrario hay una clara oposición de las argollas empresariales y de muchos de sus plumíferos argumentando situaciones que van a llevar a sectores empresariales a casos de suma complicación de funcionamiento. Acá vuelve a entrar en juego las competencias y experiencias importantes de los funcionarios, el Ministro de Hacienda sabe con claridad las variables de las capacidades económicas de las empresas a partir de los tributos. Acá lo importante es establecer cómo se sostiene la economía, sabemos de las variables de la elusión y de la evasión fiscal.
Mucho de los costes empresariales están supeditados al apoyo que el mismo gobierno otorga en incentivos fiscales, la maquila por ejemplo, cuánto se ahorran en el proceso productivo y que dentro de la cadena los salarios están en el último eslabón—algunos han pagado los salarios, pero no completos, otros insisten en evitar esa carga económica y buscan una salida como el ISSS, o los fondos aprobados recientemente para cubrir algunos costos.
Por otro lado el sector informal, a pesar de que no labora productivamente ahora, va crecer cuando volvamos de la emergencia, y es quien sufre las consecuencias por que vive en el día a día, que hoy se ve afectado por la causa de una sanidad que se alarga, que avanza en el imaginario colectivo y que presiona; y que sabemos es la que sostiene la micro economía de miles y miles de salvadoreños.
*Sindicalista salvadoreño