Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.
La Iglesia celebra la Semana Santa. Conmemora los acontecimientos de la pasión, muerte, sepultura y resurrección de Cristo, que constituyen el misterio pascual, el centro de la vida del Señor.
Este año la pandemia del coronavirus nos hará vivir la Semana Santa confinados. Pero el papa Francisco, nuestros obispos y sacerdotes llevarán a nuestras casas las celebraciones litúrgicas, a través de las redes sociales y la televisión. Además, la Conferencia Episcopal Española ofrece una publicación que permitirá la participación espiritual de los fieles en la celebración de los días centrales del año litúrgico, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección.
La participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa es posible. ¿Cómo?
Este año, la Iglesia ha invitado a sus fieles de una manera especial a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados por la crisis del coronavirus. Porque, según palabras del Papa Francisco, el cristiano debe ser «luz y solidaridad».
La celebración del Día del Amor Fraterno, en el día de Jueves Santo, es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.
Solidaridad con motivo del día del Amor Fraterno
Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus. Una de ellas es el gesto que Cáritas y las distintas Conferencias Episcopales se han propuesto en el mundo, en El Salvador lo hacen desde cada parroquia ayudando a los más necesitados y encendiendo una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
En todos las homilías de estos días han sostenido que «Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos».
Otro gesto a través del cual es posible expresar la solidaridad cristiana es la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerables, la iniciativa busca acompañar las necesidades básicas de quienes se encuentran en condiciones de mayor precariedad, como son, entre otros, las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos.
Los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo que viene sin duda y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse. En ese escenario es donde las necesidades de las personas más frágiles será mayor.
Hacer memoria para amar sirviendo
Cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio. No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita.
De acuerdo a la Iglesia Católica cuando Jesús invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia.
Algunas actitudes para vivir la fraternidad
Dentro de la llamada que Cáritas lanza está la mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.
-Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.
-Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.
-Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.
-Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
-Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
-Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.
-Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.
-Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.
La fraternidad alumbra la esperanza
Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus.
Una de ellas es el gesto que Cáritas y las Conferencia Episcopales proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos.
Apoyo económico a las personas más vulnerables
Otro gesto a través del cual es posible expresar en el Día del Amor Fraterno esa cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus es canalizar ese compromiso a través del apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.