Los niveles de CO2 atmosférico al final de la era del Triásico, un momento de extinción en la historia de la Tierra, eran casi los mismos que los pronosticados para el siglo XXI, según evidencia obtenida en rocas de basalto de Marruecos.
El período Triásico describe el tiempo en la Tierra desde hace aproximadamente 252 millones de años hasta hace 201 millones de años; también fue un período que comenzó y terminó con grandes eventos de extinción. En este nuevo esfuerzo, los investigadores estaban estudiando los eventos que llevaron al evento de extinción que terminó con el Triásico. Con ese fin, estudiaron rocas de basalto que se han asociado con CAMP (Provincia Magmática del Atlántico Central), una provincia ígnea grande continental compuesta principalmente de basalto que se formó antes de la ruptura de Pangea cerca del final del período Triásico.
Al estudiar las rocas (que se formaron a partir del magma), los investigadores descubrieron que estaban marcadas con burbujas creadas por bolsas de CO2. En total, el equipo analizó 200 de esas rocas, que incluyeron escaneo. Después de determinar que las burbujas se formaron debido al CO2 en la atmósfera, los investigadores compararon el tamaño de las burbujas como una forma de medir la cantidad de CO2 en el aire en el momento de la formación de burbujas.
Tal y como publican en Nature Communications, descubrieron que la cantidad de CO2 era aproximadamente equivalente a los niveles que se habían pronosticado para el siglo XXI. Sugieren que un solo pulso producido por una erupción habría bombeado suficiente CO2 a la atmósfera para elevar las temperaturas globales en un promedio de 2 grados centígrados.
Sin embargo, una erupción no habría sido suficiente para calentar la Tierra durante mucho tiempo, pero las rocas de basalto mostraron una larga serie de erupciones que ocurrieron durante millones de años, elevando los niveles de CO2 durante todo el período, el tiempo suficiente para crear cambios importantes, como acidificación del océano, que en conjunto condujo a una extinción masiva: aproximadamente el 75 por ciento de todas las especies terrestres y marinas desaparecieron. También se ha teorizado que esta mortandad en masa fue lo que llevó a los dinosaurios a convertirse en la especie dominante.