Por: Josué E. Barrios Vázquez (Escuela Nacional de Antropología e Historia de México)
Desde su aparición, en diciembre de 2019, el Coronavirus (COVID-19) ha provocado cientos de muertes en la localidad de Wuhan y en el resto de China. No obstante, este asunto no concluyó ahí. Pronto este virus comenzó a “globalizarse”. En pocos meses, cuasi todo el mundo comenzó a experimentar los estragos de la enfermedad. Esto llevó a la mayoría de los gobiernos a tomar medidas para evitar la propagación y así, poder evitar más muertes. A la fecha, el COVID-19 ha provocado miles de muertes en todo el orbe.
No obstante, la salud no ha sido la única afectada. Aspectos económicos, políticos, sociales y hasta religiosos se han visto seriamente alterados.
En este último punto, diversos sistemas religiosos han resentido la presencia del COVID-19. Sus dinámicas religiosas internas y externas se han visto profundamente alteradas.
Para los Testigos de Jehová el impacto de este virus tiene dos perspectivas de análisis sumamente interesantes. Por una parte, la globalización de este virus tiene que ver con el “final de los días”. Para ellos, de acuerdo a su teología apocalíptica, este tipo de acontecimientos son una muestra clara de que el final de este mundo está muy cerca. La otra vertiente, tiene que ver con el confinamiento de sus miembros y con las estrategias que utilizan para poder continuar de alguna manera con sus actividades de culto y de proselitismo.
Ahora bien, como es sabido los Testigos de Jehová insisten que, en los últimos días, diversos fenómenos de orden político, económico, social y climático se harán presentes con mayor frecuencia. Sus especulaciones las basan en sus interpretaciones que hacen de la Biblia, que, por cierto, ellos mismos traducen, editan y difunden en todo el mundo.
Empero, no es la primera que vez que afirman esto. Desde 1914 llevan vaticinando el fin del mundo por estas cuestiones. Hasta el momento, ninguna de sus predicciones se ha cumplido.
Estos fallos proféticos, les ha provocado un importante descenso en su feligresía. Miles de personas han abandonado al grupo religioso en las últimas décadas. Sin embargo, por otra parte, muchas otras personas continúan en la espera del fin. Piensan, que pertenecer a los Testigos les puede asegurar un lugar en el reino milenario de Dios. Un poco más de ocho millones de seguidores (Informe mundial de los Testigos de Jehová 2019) en el mundo continúan con esta creencia y ven a los Testigos como una especie de Arca de Noe. Estas con ellos, te salvas, no estas, morirás indudablemente. El miedo se hace presa de muchos de ellos.
En pocas palabras, el COVID-19 ayudo a los Testigos a reforzar sus ideas apocalípticas, a revitalizar al sistema religioso y a cerrar filas a nivel mundial.
Sin embargo, aún con estas creencias, los Testigos instan a sus seguidores a tomar las precauciones necesarias. Derivado de ello, las dinámicas proselitistas de este grupo religioso tomaron un rumbo inusitado. Su predicación de puerta en puerta cesó. Sus reuniones semanales están suspendidas. Evitan también la concentración de miembros.
No obstante, su obra proselitista continúa. Para ello, han tenido que echar mano de distintas plataformas de comunicación. Su discurso sobre la conmemoración de la muerte de Jesucristo fue grabada y distribuida en su página jw.org . Miles de Testigos se conectaron a Internet.
Nuestros informantes, compartieron, que actualmente sus reuniones semanales de miembros se llevan a cabo por plataformas como Zoom. En un principio, se reunían por grupos. Hoy, con el avance del virus, solo se reúnen familias en su propia casa. Además, cuentan con su canal JW Broadcasting, el cual transmite “ayuda espiritual” a sus seguidores. Ante esta pandemia, categóricos afirman: “No hay virus ni pandemia en este mundo que pueda apagar la gratitud que sentimos por lo que Jehová y Jesús han hecho por nosotros, o que debilite nuestra resolución de celebrar la Cena del Señor”
Paradójicamente, durante esta pandemia, los Testigos han usado lo que siempre han considerado como “obra” de Satanás. Entre ello, se encuentra Internet. Incluso, entre los miembros el uso de este medio de comunicación es muy limitado, por no decir controlado.
Hasta el momento, aún no tenemos claro cuando regresaremos a actividades normales, pero de momento, algunos sistemas religiosos aprovechan la coyuntura para revitalizarse. Para los Testigos el COVID-19 es un vehículo ideológico que les permite ganar adeptos, recuperar a los que se fueron y reafirmar a sus seguidores.