La imprescindible reactivación económica

El presidente de El Salvador anunció esta semana, mantener la cuarentena absoluta, sin embargo la Asamblea Legislativa aprobó una ley que establece las medidas que se aplicarán para reanudar gradualmente la actividad laboral y económica, en los sectores público y privado. En este tire y encoje de los poderes del Estado, la economía colapsa, y ya se vislumbra en nuestras puertas el desempleo masivo, quiebre incontenible de empresas micro, medianas y grandes, escases de alimentos, y lo más impactante hambruna en buena parte de la población. 

Este nuevo marco legal, que establece cuatro fases para la reactivación de la economía, se da en el contexto de fuertes tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, quienes han tenido distintos criterios acerca de la cuarentena domiciliar, a la cual fue sometida la población debido al brote del virus.

Las inconformidades han venido manifestándose, ya que semanas atrás los empresarios salvadoreños pidieron al Ejecutivo que se revirtiera la prohibición de la circulación de unidades del transporte público, pues según el sector productivo, esa medida ha generado caos.

La iniciativa aprobada por la Asamblea revierte lo decidido por el Ejecutivo, pues en cuanto a transporte público y privado de pasajeros el texto, ordena que este podrá circular, así como el transporte de carga, guardando los protocolos sanitarios y de distanciamiento social, establecidos en esta ley.

Precisa el comunicado de la Asamblea de fecha 19 de mayo que el conductor y quienes laboren en la unidad deberán usar, obligatoriamente, mascarilla y deberán proporcionar alcohol gel a sus usuarios y mantener desinfectadas las unidades, además, no deberán sobrepasar la capacidad de pasajeros.

Dice la publicación que «Para el retorno de los empleados a sus labores, se deberá cumplir con programación  escalonada de ingresos y salidas, debiendo  evitar  el uso de aparatos biométricos o por escrito que impliquen la concentración  o acumulación de personas para registrar dicha información, organizar el trabajo  de manera que permita el distanciamiento físico entre las personas; para ello, se deberá de fijar rótulos  en determinadas  áreas indicando el aforo máximo permitido, reducir las actividades presenciales, haciendo uso de llamadas telefónicas, correos electrónicos e incluso celebrar reuniones virtuales en lugar de reuniones presenciales«.

Por medio de su cuenta personal de Twitter, el presidente Bukele adelantó que vetará la ley y que se tomará el tiempo para devolver el proyecto al Legislativo, pues según el mandatario esta iniciativa propiciará «… el contagio masivo de los salvadoreños«.

En este escenario, Bukele se reunió el 18 de mayo con la élite empresarial local, a quienes les planteo que se podría reactivar la economía del país, a cambio de prolongar por dos semanas más la cuarentena absoluta.

Bukele dijo; «… Hemos planteado una hoja de ruta, es una apertura económica a partir del 6 de junio, siempre y cuando sea aprobado el jueves (21 de mayo) por la Asamblea Legislativa y tenga una cuarentena absoluta previa de 15 días.

Roberto Murray Meza, de Grupo Agrisal, explicó que «… ‘Esta tarde nos convocó el presidente de la República para manifestarnos la necesidad de una apertura ordenada y gradual de la economía, (…) también nos manifestó que era necesario extender la cuarentena 15 días más para lograr bajar la curva de la pandemia como un primer y próximo paso’.

En este encuentro no participó la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) como organización, previo el presidente rompió con el Presidente de la ANEP, Javier Siman, a pesar de los insistentes llamados al diálogo de Siman.

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