En Emiratos Árabes Unidos han echado mano de la tecnología para controlar la expansión del coronavirus. La policía de Dubái y del resto de emiratos del país cuenta con una nueva herramienta para vigilar contagios. Se trata de cascos que miden la temperatura a distancia. De esta forma, las autoridades escanean continuamente a la población en busca de síntomas de fiebre. Pero no tienen que acercarse a cada persona para hacerlo.
Estos cascos que miden la temperatura lo hacen a cinco metros de distancia. Y no solo eso. Son capaces de escanear hasta 200 personas por minuto. Si alguna de ellas tiene fiebre, el sensor dispara una alarma, que es vista por el policía. Los cascos han sido fabricados por la compañía china KC Wearable, que ya ha vendido más de 1.000 a países de Europa y Oriente Medio. Se trata de un sistema para detectar posibles casos de coronavirus sin exponer demasiado a aquellos que patrullan las calles.
Es un caso más del uso de la tecnología como fórmula para evitar el contacto humano. El objetivo es evitar que quienes pueden cruzarse con algunas personas infectadas se contagien.
Tecnología para evitar el contacto humano
En diferentes países se han probado sistemas que favorecen el uso de máquinas en lugar de personas para determinadas tareas. China ya ha probado a realizar la desinfección de las calles con furgonetas autónomas o con drones. En ambos casos se trata de fórmulas donde las personas no se exponen. O bien los vehículos funcionan por sí solos o bien, se pilotan a distancia.
Algo parecido se pretende instalar en el reparto de paquetes. Aunque evidentemente aquí las cosas van más despacio. Pero ya hay algunas empresas que cuentan con robots autónomos capaces de entregar comida a domicilio y otros productos.
También ha sido en China donde se ha puesto en marcha una de las iniciativas más ambiciosas. Se trata de un hospital donde los cuidados los realizarán las máquinas. Está totalmente
