Guerra viral, guerra económica, guerra de intereses y sus efectos

Por: Róger Hernán Gutiérrez*/

En Hunan, China fueron 76 días, nosotros llevamos un poco más de 58, son algo menos de 12 semanas ó tres meses y hasta ahora 250,000 fallecidos en el mundo (0.035%), en el país 26 (0.000371%). ¿Cómo vamos, es una cuestión de tiempo o realmente es parte de la estrategia de contención para que la infestación del virus no pase a más seres humanos, quienes son claramente los portadores del contagio? La lógica de los que se manifiestan es que se necesitan crear anticuerpos, defensas que el mismo cuerpo genere para evitar un contagio del virus, sin embargo los rebrotes que se han manifestado en algunos lugares son preocupantes para que una apertura de nuevo a la cotidianidad vaya dando paso a una nueva “normalidad”.

Las guerras como las conocemos y vivimos, siempre han sido formas de poder, que han llevado a las sociedades y pueblos a mayores aniquilamientos y desgracias, y alguien o grupos se han favorecido de estas crisis y, los daños colaterales como eufemísticamente se menciona por los que hacen la guerra son siempre cuantiosos—no sólo en vidas humanas, fauna, flora, naturaleza—no hay certeza histórica de que hacerlo haya llevado a condiciones mejores a los pueblos que se han visto afectados.

Las acusaciones en lo nacional son de todo orden, y el daño es todavía mínimo en vidas humanas, y en las potencias imperialistas igual, que valoran y manifiestan querer su apertura económica, quien lo haga primero y con mayores adaptaciones a la nueva realidad, podría tener una mayor ventaja competitiva; y parece no importar el daño colateral (los fallecidos por coronavirus), y a toda costa hay que abrirnos para volver con los asientos de una economía injusta e inequitativa tal como está diseñada.

La guerra viral, nos ha transformado en tanto ha descarnado instintos, intereses mezquinos, los sentimientos y emociones más egoístas han aflorado, y hay toda una pugna mundial por alcanzar una vacuna, las acusaciones de qué potencia está ganando más terreno, hace que en nuestras sociedades empobrecidas los referentes económicos como los USA sean débiles, la Unión Europea en su potencias arrastra iguales síntomas; y Euro Asia (Rusia China) que parece ganar terreno, también va dejando huellas que hacen más compleja la situación que va derivándose en esta guerra contra el virus. Los gobiernos insisten en la cuarentena como forma clara de contención, sin embargo los intereses económicos aprietan, nadie de las potencias quiere quedarse rezagado cuando todo pueda volver a esa nueva “normalidad”.

La guerra económica, va evidenciando el cauce de todo esto que nos sucede, y las posiciones de unos grupos versus otros va siendo la nota de cada día, las presiones van de un decreto a otro, en una clara disputa por posiciones de poder, pero y la ciencia al servicio de quien está, todos sabemos que no es neutral, y se retrasa la vacuna, talvez de forma intencional o no, pero todo el avance tecnológico y de los grandes laboratorios corporativos, no definen quien debe disponerla—son otros intereses quizás patológicos, mezquinos, ambiciosos, pero aún no esclarecen mayor cosa de lo que realmente sucede y qué tan solidario termine siendo para la humanidad.

En nuestra sociedad un desborde da visiones de la confrontación que existe—renuncias justificadas o no de las personas de la comisión nombrada para garantizar transparencia, en tanto que unos justifican razones que la otra parte niega y pretende revertir—es claro que el alargue de la cuarentena está derivando a que grupos poblacionales se manifiesten, hay plumíferos con la consigna de “no más alargue de la cuarentena”, una especie de llamado insurreccional para justificar que lo económico vaya privando sobre lo humano y social; o que vaya generando dinámicas contra las acciones de Bukele, las declaraciones de guerra contra las personas de representación empresarial, y las acciones de éstas contra el gobierno, está determinando que muchos intereses se vean incorporados en esta disputa, que ha llevado a que los ´grupos políticos en la Asamblea Legislativa se vean divididos y buscando alianzas, la convocatoria a CAPRES está buscando respaldo hacia el marco jurídico que apoye seguir con la cuarentena y con los apoyos legales hacia las medidas que se activaron recientemente y que han impedido de una movilización a la población—transporte público; número de DUI y retenes por todos lados que impiden ir de un municipio a otro.

La ayuda social de todos los que están en el medio de ambas trincheras, que es la gente común y corriente, y que es después de tantos días “obligados” a no salir, quienes son los mayormente afectados y las señales van significando mayores elementos de zozobra, que implica la falta de ingresos por actividades laborales diversas, lo que lleva a estrés y depresión sicológica individual y familiar y comunitaria, por no disponer de lo necesario para vivir—las ayudas municipales y gubernamentales están agotadas, y las banderas blancas marcan un antes y un después—el trabajo con ingresos y apoyos solidarios suficientes y sostenibles para la población que más lo necesita, es la tarea inmediata y debe ser la prioridad en esta pandemia.

*Sindicalista salvadoreño

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