El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con regular e incluso cerrar las redes sociales, luego de que Twitter calificó una serie de tuits del mandatario como información no verificada y dudosa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con regular e incluso cerrar las redes sociales, luego de que Twitter calificó una serie de tuits del mandatario como información no verificada y dudosa.
Esa red señaló que los mensajes hechos por el magnate, cuestionando la legitimidad de la propuesta de votación por correo, promovida por el estado de California, corresponden a mensajes de desinformación.
En los tuits, Trump aseguraba que la votación por correo en su país daría pie a falsificaciones y fraude, y acusaba al gobernador de California de enviar boletas diciéndole a la gente por quién votar.
El mensaje fue categórico. Debajo de los tuits publicados el martes, la plataforma colocó sendas etiquetas para que los lectores confirmen lo aseverado por el mandatario.
Twitter, mediante un signo de exclamación de color azul, señala las publicaciones consideradas como falsas, e insta a los lectores a obtener información contrastada.
El manejo de internet y las redes sociales, especialmente Twitter y Facebook, ha sido señalado como uno de los factores que contribuyeron al triunfo de Donald Trump en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.
Trump, quien es un asiduo cliente de la ahora cuestionada red social, con más de 80 millones de seguidores, convirtió a Twitter en su altavoz, lo mismo para burlarse de sus rivales, amenazar a otros países, que para declarar la guerra. Recordaremos el famoso tuit que casi
desata la guerra con la República Popular Democrática de Corea.
Ha sido la plataforma para su ataque continuo a los medios de comunicación que no apoyan a su gobierno, para reírse del cambio climático y para sus comentarios racistas, entre otros insultos.
Ahora el «perro» se vira contra el amo y le aplica una fórmula parecida a la que han usado siempre para intentar silenciar a quienes defienden las causas justas de este mundo, censurados constantemente por esa red social.
Solo cuando siente la mordida en su mano, es que Trump se acuerda de la «sacrosanta libertad de expresión». Vivir para ver.