La Fiscalía pide 150 años de prisión para Montano, que queda como único acusado de la matanza de los jesuitas en El Salvador

Mendoza, que ya cumplió pena en su país, seguirá el juicio por videoconferencia desde Chile, y ha colaborado muy activamente” con la justicia española, dice la Fiscalía, y ello se refleja en su apartado de petición de pena.

Inocente Montano se ha convertido en el primer militar salvadoreño que responda ante la justicia por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras.

Han tenido que pasar 31 años para ver una imagen histórica. En la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, el excoronel Inocente Montano se sienta en el banquillo de los acusados por el asesinato de Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Juan Ramón Moreno, Amando López, Elba y Celina Ramos. La Fiscalía ha pedido 150 años de prisión para Montano, que ya fue amnistiado por el Gobierno de El Salvador en 1993 y que durante años se escondió en Estados Unidos.

El juicio, que acogerá la declaración de Montano este miércoles, se ha complicado para el excoronel después de que el otro acusado, René Mendoza, haya pasado a ser testigo de la acusación. Los jesuitas, la UCA y el mismísimo general de la Compañía, Arturo Sosa, sj., han asegurado ante el tribunal la plena colaboración del militar, que admitió haber formado parte del batallón que entró aquella mañana de noviembre de 1989 en la UCA y masacró a los jesuitas.

Mendoza, que ya cumplió pena en su país, seguirá el juicio por videoconferencia desde Chile, y ha colaborado muy activamente” con la justicia española, dice la Fiscalía, y ello se refleja en su apartado de petición de pena. Se le pide un año de prisión menor e inhabilitación absoluta pues se considera que concurrieron los atenuantes y eximentes como el miedo insuperable y la obediencia debida.

En cambio, el exviceministro de Seguridad Pública se enfrenta a una petición de 30 años de prisión mayor por cada uno de los cinco asesinatos terroristas. Según las investigaciones, Montano participó en reuniones en las que se decidió matar a los jesuitas y compartió la toma de decisiones a este respecto que protagonizó un grupo de mandos militares conocido en El Salvador como La Tandona. Era la promoción de oficiales de 1966. Ascendieron todos a la vez mediante un curioso sistema de promoción interna existente entonces. En aquel momento, y coincidiendo con una fuerte ofensiva del FMNL (la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) que llegó a alcanzar a barrios de San Salvador, La Tandona concentraba el máximo de su poder hasta entonces.

Se trata de uno de los juicios más esperados del año en materia de justicia internacional. Además de los religiosos españoles, en la misma masacre, ocurrida en la Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador, también murió un jesuita salvadoreño, su empleada doméstica, la hija de ésta. Estas tres muerte de ciudadanos extranjeros han tenido que quedar fuera de las acusaciones porque la Audiencia Nacional solo puede juzgar delitos cometidos en el exterior contra españoles.

Inocente Montano se ha convertido en el primer militar salvadoreño que responda ante la justicia por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras.

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