Dos neurocientíficos de la Scuola Internazionale Superiore di Studi Avanzati (SISSA), de Trieste (Italia) han demostrado por primera vez experimentalmente la importancia de la experiencia visual pasiva en la infancia para la maduración y el funcionamiento adecuado de algunas neuronas clave involucradas en el proceso de visión, según publican en la revista ‘Science Advances’.
Es un paso fundamental hacia la comprensión de los mecanismos de aprendizaje durante el desarrollo. También tiene implicaciones clínicas potenciales para el estudio de nuevas terapias de rehabilitación visual e implicaciones tecnológicas, donde podría conducir a una mejora de los algoritmos de aprendizaje empleados por los sistemas de visión artificial.
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