No es para combatir la pandemia, que el Gobierno necesita de una cuarentena de 15 días, con supresión de garantías constitucionales. Es para su estrategia de consolidación de poder y no, para evitar el contagio de la pandemia.
Su estrategia es: 1) mostrarse víctima del sistema, 2) mostrarse como protector del pueblo, 3) los “mismos de siempre” son los enemigos de la sociedad, 4) los controles económicos, son obstáculo del bienestar público. Todo un mensaje para sus partidarios, creando lealtad ciega y obtención de los fondos necesarios para su campaña.
Esta estrategia, derivase de los principios insurreccionales marxista. El FMLN tiene claro las acciones de Bukele, mas no así, ARENA, pues mantiene un pensamiento electoral y pocos entienden estas estrategias. Esto obliga a las gremiales y sociedad civil, a una seria reflexión, pues lo que se disputa hoy, es la supervivencia del sistema democrático, no como una mera abstracción, sino como la vida tradicional del país.
Bukele ha fracasado repetidamente, al procurar destruir la institucionalidad del país, desde febrero, con su intento de suplantar a la Asamblea Legislativa, por medio de la militarización de la misma, luego, trato de que Walter Araujo se la tomara con el “pueblo” y, sus troles amenazaron con violencia en las calles. Fracaso dos veces más, haciendo un llamado a los sindicatos; sin embargo, la primera vez lo evitó, la conciencia institucional de algunos jefes militares, que se negaron a seguir sus órdenes: ya fueron destituidos.
El tratar de tomar el poder, interpretando la constitución a su favor, desde su posición de Presidente de la República, lo impidió la Corte Suprema de Justicia, mediante la Sala de lo Constitucional, por lo que, dentro de esa estrategia, era no sancionar el Decreto legislativo 661, que le permite combatir la pandemia, pero no, el uso discrecional e irrestricto de fondos públicos, ni le permite probar que el sistema es un obstáculo para el bienestar social, lo que debe ser sostenido, por el “poder popular”: fuente de soberanía.
Esta estrategia se deriva de los principios insurreccionales y doctrinarios del marxismo, razón por la que el FMLN, lo entiende claramente, mientras que, en ARENA, son pocos los que lo comprenden y otros que, apoyando claramente a Bukele, votarán por su propuesta, así como los que creen que el “pueblo” desea la supresión de sus derechos, en favor del Estado, votarán por más cuarentena, pensando no en la pandemia, sino en una tendencia electoral.
La disposición irrestricta de fondos, que pretende Bukele, es para satisfacer las necesidades electorales de su maquinaria política, pues estamos viendo que los funcionarios que pretenden ser candidatos, tienen libertad para realizar corrupción, con el dinero público, para sus propias campañas y las de Nuevas Ideas.
Hay que tener presente, que Bukele, participa electoralmente de varias formas: Nuevas Ideas, CD, GANA, con algunos diputados del PCN, ARENA y algunos independientes, pues la ideología, como base del partidismo, no existe, al igual que lo fue con Perón en Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y Castro en Cuba, en sus inicios.
La oposición debe entender que la pretensión de Bukele, es cambiar el sistema político; hasta hoy, el sistema ha sido suficientemente fuerte, para contenerlo (activando los mecanismos de contraloría) pero no podrá continuar así indefinidamente: el sistema terminará siendo dominado.
Las acciones de denuncia de su corrupción en el Gobierno, deben persistir y, sobre todo, someter a juicio cada una de sus acciones ilegales y delictivas, en las cuales se han cometido abusos de autoridad y sus allegados, que cometan delitos o infracción a la ley, deberán ser castigados, de lo contrario, será quebrado, el sistema actual.
Por: Fernán Camilo Álvarez Consuegra