Hace un par de meses apareció en las redes sociales que se habilitaría un hotel para que el personal de salud pudiera descansar y no arriesgar a sus familias, y como corolario se les ofrece los tres tiempos de comida; pero ministro de salud, debe entender que médicos, enfermeras y demás personal de salud no piden comida, lo que piden son mascarillas FFP2 (N-95), guantes, trajes especiales y ¡un protocolo ordenado! Tristemente no creo que pueda escribirle otra carta pues la hecatombe que tienen a sus puertas barrerá este país de tajo: O estaré muerto por el Covid 19 o moriré de hambre.
Lo que está sucediendo no es fácil para ningún país pero si se rodea de los mismos de siempre, ese grupúsculo enquistado que maquillan cifras a su conveniencia poco se habrá hecho, ¿A quiénes tienen acuartelados en el MUNA?: ¡Los mismos de siempre! y como un ciudadano común le pregunto: ¿No tuvo el valor de decirle al presidente de la república que sacar a cien mil personas diarias por quince días sería el mayor contagio en país alguno?, lo mismo sucedió en el país de Toro Sentado con miles de personas protestando, el contagio se disparó, ¿De qué sirvió el sacrificio de toda una nación si de una pésima decisión y su falta de sentido común por no decir las cosas claras y rechazar esa medida?: ¡De nada! El mortero les reventó en la cara y aun no tienen un plan de contingencia, ¡Ni uno!, poco a poco colapsan los hospitales, mientras el personal médico se escasea y ni se les ha ocurrido que deben tener a personal en la segunda e infinita línea de fuego, ya entrenado para que cuando caiga el neumólogo o el intensivista debe alguien asumir ese rol en el mayor entendimiento que ha sido capacitado en forma profesional y no exponerlo por falta de una preparación y el equipo de bioseguridad adecuado .
El personal de salud está muriendo, está cansado, y por aquellas cosas del destino, si el personal de salud (médicos, enfermería y personal administrativo y de mantenimiento) fallece debe tener un seguro de vida que proteja a la familia, porque si usted no fuera ministro ¡estaría totalmente de acuerdo conmigo! Gracias a la lucha del Dr. Ricardo Lara y del Dr. y licenciado Luis Rodríguez se aprobó un decreto que obliga al estado a dar un seguro de vida a la familia del personal de salud que fallece y se le debe proporcionar el equipo de bioseguridad adecuado y no digan que son ustedes los que propusieron tales beneficios pues ministro de salud, su presidente lo vetó en dos veces, léase bien, ¡DOS VECES! Por lo que se entiende el desprecio a la vida del personal de salud. Recuerde que dentro de los albergues han fallecido personas por otras causas y no por el Covid 19, en algún momento ese descuido, casi homicidio involuntario y negligencia total del estado les puede tocar las puertas en el nombre de la justicia.
Lamentablemente pareciera que no se ve más allá, apenas se ve el árbol y no digamos el bosque; en semanas no habrán médicos de pie y lo que fue una idea brillante para algunos como “regalar” plata a millón y medio de compatriotas (cada salvadoreño debe $ 333,000 pagaderos por enésimas generaciones) y no dar un estímulo dignísimo al personal de salud, lamentarán que el andamiaje de salud colapse.
Pida asesoría a Costa Rica, mientras acá refunden en El Cuco a personas de Sonsonate en cuarentenas antojadizas pues no basta con el miedo que como manejo de masas se infunde a la población con el riesgo de contraer el Covid 19, la Suiza de América está transfundiendo anticuerpos de los pacientes recuperados a los nuevos casos de enfermedad ¡Desde hace meses! y las maquilas en vez de estar paralizadas confeccionan guantes, mascarillas, gabachones y ellos mismos están fabricando el equipo para realizar la prueba; ¡Tan cerca pero tan lejos! Todavía pueden construir hospitales provisionales en cada departamento y evitar que los que debe seguir atendiendo diferentes patologías cierren sus puertas pues hablamos de salud y no es una cantina que cierra a capricho del dueño, no espere a ver caer a sus colegas, ¡actúe Sr. Ministro por el amor de Dios! En mis tiempos de estudiante al compañero que se le moría un paciente era de ley pintarle una cruz en la membrana del estetoscopio, hubo unos compañeros que llegaron a tener trece cruces en sus estetoscopios, no debe esperar a que muera más personal de salud ni personas que entraron a los albergues adoleciendo de patologías diversas y esos albergues fueron sus tumbas; porque esas cruces, usted las llevará no en su estetoscopio sino en su alma y tendrá que dar cuentas de ello, sea en este mundo agonizante o en cielo, no hay escapatoria.
Pida ayuda, vea más allá y reúnase con la gran, mediana y pequeña empresa para que tanto el ataque a la enfermedad sea directamente proporcional a la pobreza que se avecina o que ya se está viviendo; pero cuando se está arriba es difícil saber qué es ser pobre, así es la vida, hoy se está arriba y mañana es uno más. Pida la entrevista a CNN y vea la respuesta del ministro de salud de Costa Rica cuando le preguntaron qué era lo que más temía, su respuesta fue: “Un apagón económico”; revísela junto a su gente; entreguen el bono a todo el personal de salud que está batallando contra la muerte pero si ciento cincuenta pesos es para ustedes el precio de la vida de un colega, ¡estamos perdidos! dependerá de sus medidas a tomar que el personal de salud sea un héroe o un mártir.
Mártires tuvimos ochenta mil en la guerra civil, ¡ya no más! que cese esa confrontación entre “buenos y malos”, somos un país pobre y debemos ver en conjunto, un solo frente y no se puede confundir un problema de salud con un problema político. La salud como bien preciado no tiene color político, tiene personal de salud valiente que día a día lucha contra la muerte sin límite de tiempo y recuerde que no puede obligar a dicho personal a atender a un paciente que adolece del Covid 19 sin la protección que la ley exige usar, así de sencillo. Aparte del contagio masivo que se logró con cientos de miles de personas en los CENADES, también muchos de los beneficiarios pudieron comprar los táctiles de última generación, grandes cajas de pollo Campero, crucen facturación para corroborar este dato.
Quizá usted no conozca la verdadera pobreza y la idiosincrasia de mi gente, yo sí, he visitado las casas de cartón de comunidades marginales que sus techos son quebrados por las bolas de golf que lanza el rico y en esas divinas casas se come del olor del guiso del vecino. Debe imperativamente darle descanso al personal que lleva tres meses en la primera línea de fuego, hay decenas de médicos y enfermeras que han fallecido y no puede seguir manteniendo a un personal de salud cansado, frustrado, sin la mejor protección y deprimido al ver a colegas caer fulminados más por la indolencia de su gobierno que por el virus mismo.
Mándelos a sus casas, son seres humanos que poco a poco colapsan, deben fortalecer su sistema inmunológico, reposar pues no necesitamos más mártires; no, haga algo por el personal de salud y pronto. Y deben pagarles a todos los médicos contratados en Marzo que a la fecha no han recibido un cinco. Estos jóvenes médicos no piden nada que no se hayan ganado a pulso, con turnos extenuantes, pésima protección y sin protocolos científicos a beneficio tanto del médico como del paciente. Pague esos salarios.
Por: Francisco Parada Walsh, médico salvadoreño