Las restricciones a la circulación de los vehículos, a la movilidad de las personas y en algunos casos la prohibición de laborar en oficinas, obliga a las empresas a reinventar sus formas de operar y a revolucionar su cultura laboral, sin embargo, se mantienen las mismas lógicas de explotación de los trabajadores, al no mejorar sus condiciones salariales, aunque trabaje desde casa en donde los costos de energía y otros recaen en el trabajador.
Con la propagación del virus covid 19 se decretaron estrictas cuarentenas domiciliares en los países centroamericanos. Este escenario potenció la puesta en marcha del trabajo en casa o teletrabajo y obligó a las empresas a adaptarse a una nueva forma de operación.
En mercados laborales como el de EE.UU., grandes compañías habían intentado aplicar el trabajo remoto en las últimas décadas, sin embargo, la mayoría de proyectos no tuvieron éxito.
Líderes empresariales coinciden en que la barrera, que en el pasado les impidió migrar de la forma tradicional laborar al teletrabajo, fue la cultura de las compañías y de los empleados.
Jody Thompson, cofundadora del programa de trabajo de Best Buy, empresa estadounidense de ventas al por menor de artículos electrónicos, explica que «… El trabajo flexible brinda a los empleados mayor libertad con sus horarios, pero no cambia de manera fundamental en que son supervisados. ‘Este es un momento en el que trabajar puede cambiar para bien. Necesitamos crear un tipo diferente de cultura laboral, en la que todos sean un 100 por ciento responsables y un 100 por ciento autónomos. Solo administrar el trabajo, no a las personas’.”
Jeffrey Gundlach, quien tiene a su cargo la firma de inversiones con sede en Los Ángeles DoubleLine Capital, explicó que ha «… comenzado a ver con otros ojos a su personal recién adaptado al teletrabajo. ‘Me di cuenta, de alguna manera, quien realmente hacía el trabajo y quien no hacía tanto trabajo como indicaban los documentos’. Con respecto a ‘algunas de las personas de supervisión y gerencia intermedia comienzo a preguntarme si realmente los necesito’.”
En relación al reclutamiento de nuevos empleados, los especialistas opinan que cuando se contrata a un trabajador de manera remota, es posible conseguir el mejor talento disponible y no solo el mejor talento que quiere vivir en cierta ciudad. Se obtiene una verdadera diversidad. Y resulta que eso afecta a la innovación.
Esta nueva cultura laboral, cuando es vista desde la óptica del empleador sólo se ven sus intereses (supervisión, eficiencia, reducción de costos), pero si se ve el teletrabajo desde la óptica del trabajador la cosa cambia, pues se agudiza la explotación, sus salarios no mejoran, el trabajador carga con los costos de energía, limpieza, y los efectos de estar a veces en condiciones no propicias del trabajo al mezclarlo con la vida misma de casa.
Esta nueva cultura laboral trae sin duda nuevas batallas y nuevas luchas.