José Tijé Huaraho, de 81 años, entregó su vida en defensa de la Amazonía. Fue uno de los líderes étnicos más conocidos de Madre de Dios, Perú, y sus discursos inspiraron a los indígenas a proteger sus tierras de la minería.
El símbolo de defensa de la Amazonía falleció el 14 de julio, víctima del coronavirus, en la comunidad que tanto protegió. Sus hermanos indígenas expresaron que dejó un legado, una línea de sangre y un linaje que perdurará por generaciones.
“Vamos a defender y conservar el legado de nuestro padre”, declaró su hija Marcia Tijé en una entrevista.
Don José Tijé fue uno de los pocos sabios que conocía muy bien la cosmovisión indígena de su comunidad Arasaeri, del pueblo Harakbut. Este protector incansable de su cultura logró una reserva, incluso, antes de la Ley de Comunidades Nativas.
También consolidó a su comunidad con la titulación de territorio y siempre la defendió contra los mineros auríferos, gracias al apoyo de Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), del cual fue uno de los fundadores.
Los dirigentes de la Fenamad aseguran que José Tijé luchó toda su vida contra la desaparición de su grupo étnico y contra los buscadores de oro en su territorio.
Con su partida se va una gran parte del conocimiento ancestral de Arasaeri.