Al parecer la creencia de los sectores populares más deprimidos por el asunto de la pandemia no pierden de vista todo el circo montado por quienes nos gobiernan, grupos poblacionales que en su claro y efectivo estoicismo, siguen su marcha tratando de disponer de una existencia sin muchos aspavientos y bemoles, saben cómo conducirse, bregando sin muchas pretensiones.
Esta claros que lo que pasa tiene intereses obscuros y nada éticos, y se oponen a que esos intereses rijan sus vidas, y siguen a camino lento y pausado sin meterse a conocer de todo esto que afecta a quienes viven de esas situaciones; y que tienen sus vidas amarradas a ese vaivén que hace en todo el proceso evidenciar a ganadores y perdedores.
Los sectores más humildes, quizás en mucho iletrados, pero con enorme confianza en lo que son, y que no pretenden ser lo que no son, van en sus vidas acongojados y con el peso de una carga difícil de sobrellevar, pero que sin embargo siempre consiguen conciliarla con la realidad que les apabulla todos los días.
Cuál es el punto, que la realidad salvadoreña, a pesar de la tragedia que vivimos en materia de salud, seguimos con los mismos vicios, que determinan que continuamos con la misma mica pero con distinta cola, la interpelación del Ministro de la Defensa Merino Monroy, personaje intrascendente, se convierte en estrella del escenario montado en lo más burdo, con todo un elenco a favor y en contra, algunos evidencian no haber leído el libreto por clara pereza y sagacidad para hacerlo, y parecen más incompetentes de lo que realmente son.
El grupo de funcionarios del gabinete, en barras móviles dando aliento al jugador, acosado por la batería de preguntas insulsas, poco atinadas y en mucho nada pertinentes, para quienes es ese show montado a ciencia y paciencia de los dineros públicos tan escasos y nada bien utilizados. Es claro que no es para el vulgo, la gente común que tiene cosas más trascendentales que estar pensando y no seguir la farsa en que nos pretenden meter.
La elección de los magistrados de la Corte de Cuentas, tanto ruido para pocas nueces, de nuevo la misma farsa camina impune, sin vergüenza, las ong de derecha incansables de insistir que el proceso está viciado, pero como son las que sostienen el sistema en que todos vivimos, seguirán diciendo el asunto huele mal (fusades, alianza por la democracia, acción ciudadana y otras), que quieren que la Fiscalía intervenga, como si no supieran que esta institución es parte del problema y no de la solución.
Donde el mismo sistema históricamente ha mantenido un reparto institucional en favoritismo hacia los partidos en el poder ARENA, PDC, PCN y ahora GANA.
La elección como siempre con gran bombo y platillo y teniendo el mismo resultado, las cuotas partidarias, las listas que supuestamente han recogido un debate sesudo y concienzudo a lo interno y eso mismo ha sido práctica inveterada, y la pandemia no ha servido ni siquiera para minimizar esas venalidades que el pueblo está harto de conocer y que los medios burgueses agrandan y/o aminoran si se trata de mantener el estatus quo, que sólo estos grupos entienden si está en zozobra y deben hacer su labor para rescatarlo o sostenerlo sin más cambios.
Bukele inmediatamente de la elección observó que no era una persona idónea, lo que le lleva desde su inicio a estar cuestionado para ejercer sus labores, aparentemente es una réplica de la constante en la vida institucional, ejecutivo versus legislativo. Y la Fiscalía que podía dirimir tanto cuestionamiento sustentado y no tanto, pero que son señalamientos que habría en un sano juicio y transparencia dar por aclarados, no es claro ni ético que pongamos al zorro a cuidar las gallinas, pero también cabe pensar, que si no es del parecer del Presidente de la República, podría estar vinculado a que si dio algún seguimiento a los gastos y a aquellos funcionarios que han tenido que ver en el aprovechamiento de los recursos públicos, y posiblemente haya enfrentado a la corrupción en su fuente. Sabemos que son sólo cosas en el imaginario de los de abajo, por hoy la misma lógica perversa ha prevalecido, estamos en esta semana de la apertura económica, donde la Sala confirmó que la cosa económica no se puede detener, si violenta derechos fundamentales; y que tanto diputados y bukelistas, han violentado dichos derechos, pero como dijimos arriba el problema es un fiscal inoperante o en el mejor de los casos, haciendo un rol perfecto al interés de los grupos fácticos y dominantes que siguen poniendo y quitando a su conveniencia.
Por: Róger Hernán Gutiérrez, sindicalista salvadoreño