En el clásico estilo de la Iglesia Católica Apostólica y Romana: sigilo, filtraciones y un toque de misterio. Una persona poco conocida fuera del ámbito eclesiástico, el obispo de Rieti, Italia, Dominico Pompili en una conferencia de prensa informó que el papa Francisco estaba redactando una encíclica, la tercera de su pontificado, que tratará de sintetizar la complicada experiencia de la pandemia. Como recordarán la primera fue Lumen Fidei (2013) quién firmó en conjunto con Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), el papa renunciante. Este documento que podemos considerar una bisagra entre ambos pontificados puede considerarse como un intento de poner al día, el mensaje de la Iglesia en los contextos contemporáneos, una búsqueda por encontrar “los signos de los tiempos”.
La segunda encíclica Laudato Si (2015) fue un documento que sorprendió a propios y extraños pues plantea “el cuidado de la casa común”, que es una crítica contundente al consumismo y un llamado a evitar la contaminación, la degradación ambiental y el cambio climático. Un documento publicado cerca de las elecciones en los Estados Unidos donde Trump, el entonces candidato republicano, negaba y niega la gravedad de este fenómeno producido por el hombre.
La redacción de Laudato Si tuvo una aportación muy relevante del exsacerdote franciscano Leonardo Boff, un exponente relevante de la teología de la liberación latinoamericana, lo cual puso de manifiesto una estrategia consistente para legitimar a esta corriente dentro de la Iglesia: la reconciliación con el dominico Gustavo Gutiérrez, y la restitución de las facultades sacerdotales (suspensión a divinis) a Ernesto Cardenal, quien fuera públicamente reprendido por Juan Pablo II en Managua el 4 de marzo de 1983.
La encíclica ecológica como se la conoce, fue muy bien recibida por los ecólogos y defensores del medio ambiente, muchos de ellos poco creyentes, quienes quedaron gratamente sorprendidos por la precisión de los postulados. Según me confió un especialista era un excelente documento donde estaba convencido que habían participado científicos de muy alto nivel. Por el contrario, sectores amplios de la Jerarquía Católica recibieron el documento con frialdad, indiferencia y no le dieron la difusión que se merecía.
El Cardenal ghanés Peter Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral reclamó amargamente que sacerdotes y obispos bloquean la información de la Iglesia a la cual pertenecen. Este señalamiento fue en el marco de un Diplomado en Ecología Integral, desarrollado por las universidades y ateneos pontificios de Roma. Planteó que la situación ambiental es crítica y “las promesas que se hicieron durante la Cop21, en París, no han sido mantenidas”. Recordemos que Trump se retiró de ese acuerdo.
En este ambiente de confrontación y boicot a las propuestas de Francisco es que se prepara para lanzar su tercera encíclica. El anuncio del obispo Pompili no deja lugar a dudas “Entre otras cosas, como sabrán, se rumorea que el propio Papa publicará pronto una encíclica sobre el tema de la fraternidad humana”. Su presentación coincidiría con el aniversario de la Regla Franciscana de San Francisco de Asís. Se espera que el Papa publique una encíclica que amplíe los principios del Documento de la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, que firmó el 4 de febrero en Abu Dhabi con el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb. Rememorando el que suscribió San Francisco de Asís con el Sultán de Egipto en 1219.
En estos momentos no sólo la pandemia sacude el mundo, la situación de los migrantes, la persistencia de conflictos armados, la eclosión de los conflictos raciales en los Estado Unidos y su repercusión en Europa no pueden pasar desapercibidos por un observador agudo como Francisco, quien tiene muy claro su proyecto eclesial (y político). En momentos que el presidente Trump pareciera querer apagar el fuego arrojando gasolina y que Joe Biden, el candidato demócrata es católico, y sus propuestas se acercan a la línea de Francisco, no puedo dejar de lado algunas suspicacias o hipótesis, como diríamos los académicos. La tercera encíclica seria “oro molido” para Biden, pues le restaría legitimidad a la derecha católica que apoya a Trump. Algo importante en una elección cuyos resultados están muy reñidos.
Por: Elio Masferrer Kan. Profesor investigador emérito ENAH-INAH, doctor en antropología, México.