Prohibido Olvidar

Por: Francisco Parada Walsh*

Lo sucedido al personal de salud. ¿Qué es PROHIBIDO OLVIDAR?: Es un acto de dignidad por la memoria de nuestro personal de salud ante un gobierno que desde el inicio de su gestión denigró como nadie nunca lo había hecho al sector salud. Hubo casos donde pacientes envalentonados golpearon a una enfermera y a una médico interna como resultado de la cizaña que el “presi” metía en sus conferencias de prensa contra todo aquello que oliera a salud; las amenazas eran semanales: “Váyanse sino les gusta su trabajo”; hace unos meses le cuestioné por qué no repetía en estos momentos esas palabras: “Váyanse, sino les gusta su trabajo, abandonen los hospitales en este momento”, respuesta sencilla: ¡No tiene el valor! Hay que entender que aun siendo el personal de salud quien ha sacado la peor parte en esta lucha tan desigual no se hace nada por protegerlo, por darle lo elemental no digamos el respeto y dignidad que merecemos.

Tristemente “La Marcha Blanca” bastión de héroes y malandrines es historia, dudo que se vuelva a ver pues al final del cuento un médico o enfermera proviene de un conglomerado donde cada quien libra su pellejo y no de una sociedad patoja pero sociedad al fin; se perdieron los dos valores, el primero son los valores aprendidos en el hogar y el otro valor es el arrojo de luchar por nuestros derechos, ¿Qué queda entonces?: El sector salud somos más de cincuenta mil personas sin contar familiares, amistades, pacientes y debemos recordar al momento de votar, el sufrimiento de nuestra gente; el mejor homenaje a nuestros compañeros caídos en esta masacre será no votar por el principal responsable de esta tragedia; estamos a cinco meses de elegir a diputados, alcaldes y debemos ser contundentes en el golpe de timón que debe dar el país.

Al votar en contra del partido que representa el ejecutivo, honramos a nuestra gente que de héroes ¡no tienen nada! altivo nombre al asesinado y a la vez creamos una balanza donde debemos anteponer el futuro de nuestros hijos, la libertad y el trabajo ante este presente turbio, oscuro, donde aún la libertad fue maltratada como nunca y no olvidemos jamás al amigo, al vecino que perdió su puesto de trabajo, que cerró su negocio pues la economía la quebraron con todo el dolo del mundo ¡A propósito! sin importar el hambre, el desahucio, la pobreza que estamos viviendo. El personal de salud es la élite de las profesiones, pensamos y salvamos, creamos no destruimos, menos dividimos y ya que no hay valor para exigir nuestros derechos no queda más que el voto de castigo.

Al final será una decisión personal como lo será el hambre y el futuro incierto que vivirá el país si queda en manos de esta sarta de bufones; no se puede llorar como un enamorado despechado lo que no se pudo defender como hombre y después de esas elecciones no vale arrepentirse, no se vale llorar sobre la leche derramada pues las señales de oprobio y desprecio al sector salud las hemos vivido todos; en esta pandemia se nos ha negado trajes de bio seguridad, descanso, “el bono de la vergüenza” y se nos ha ofrecido el contagio, el exceso de trabajo y una muerte cruel, despiadada donde nada es al azar, todo tiene un propósito. Es inadmisible que especialistas se dediquen a repartir abate, ¿Cómo puede un cirujano o un pediatra andar de casa en casa repartiendo abate pila por pila?: Algo no funciona bien, o los que manejan determinadas riendas son tan incapaces e ignorantes o hay un gozo perverso por exponer a nuestra gente a un contagio y a la muerte.

Creo más que hay un deseo macabro donde asesinar a un personal de salud débil, famélico y flacuchento no es algo improvisado sino demasiado calculado. Olvidar no podemos, hay una agenda, hay un fin, el objetivo es claro, el poder total, ¿Importan las muertes del personal de salud?: En absoluto. ¿Cómo puede ser que un médico internista después de diez o más años de estudio esté a la entrada de una institución tomando la temperatura cuando en un banco lo realiza el vigilante?: Esa es la realidad, eso es indignante; depende de nosotros cambiarla o asumir el triunfo del mal y sus consecuencias para el sector salud y para nuestros hijos.

Prohibido olvidar que esta masacre se pudo evitar, prohibido olvidar que el ejecutivo vetó en DOS OCASIONES el seguro de vida para el personal de salud; en el país del ayer todo se olvida y debo aclarar algo, personalmente soy una persona apolítica donde mi deber ser es mi paciente sin embargo ante el genocidio que sufrió el sector salud sentí que era una obligación moral luchar por lo que creo correcto, si este país llevara un rumbo correcto fuera el primero en estar feliz pero lo que vivimos y viviremos es un país que día a día se hunde, se tambalea y hordas de ignorantes se preparan para asaltar el país sin embargo tenemos el poder en nuestras manos, es ese voto que debe ser de castigo y repudio para un gobierno aparte de incapaz, corrupto como o más que los anteriores.

Debo aclarar, si aún nos queda dignidad y vergüenza se deben buscar las mejores opciones y es un hecho que no están en la bancada del partido oficial y elijamos dentro de ese torbellino de candidatos a los mejores, léase bien ¡A los mejores! Los que tengan propuestas concretas; particularmente admiro a un profesional como es mi gran amigo y candidato a diputado Dr. Ricardo Lara Herrera quien junto al doctor Luis Rodríguez crearon el proyecto del seguro de vida para todo el personal de salud, necesitamos mentes brillantes, hombres probos y capaces para sacar adelante a El Salvador; lamentablemente nadie lee, nadie, opina, nadie sabe nada. Si ni el mismo personal de salud sabe quién es quién poco se puede hacer, aun, le creemos al vulgar y nuestro voto de castigo deber ser un NO al hambre, un NO al desempleo, un NO a la migración.

Si seguimos en ese fanatismo patológico marchando tras un líder mesiánico no tenemos mucho que hacer y que sirva estas líneas para que en un futuro podamos decir: “El mejor homenaje a mis compañeros caídos en esta pandemia fue votar contra el responsable de su muerte” pues el arrepentimiento por haber elegido a lo peor de lo peor no servirá de nada, de nada, de nada. Y debo aclarar que si la sarta de bufones asalta el poder no debemos quejarnos, sencillamente tenemos a lo que como sociedad nos representa, lo que merecemos, ¡Ni más ni menos! ¡Viva la memoria de cada personal de salud caído! ¡Prohibido olvidar!

*Médico salvadoreño

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