Quemando las naves. La reformulación de políticas en el campo evangélico

Por: Elio Masferrer Kan*

En Brasil y México se han desarrollado importantes acontecimientos en el campo político religioso que dejan en “fuera de juego” a varios profetas de la opinión pública y que dan el título de este artículo, recordando la dramática acción de Hernán Cortés quien quemó las naves y empezó la Conquista.

En Brasil el presidente Jair Bolsonaro (JB) se declaró al margen de cualquier partido en las elecciones de noviembre, rompió con las iglesias transpentecostales como la Iglesia Universal del Reino de Dios Pare de Sufrir (IURD) de Edir Macedo, la Iglesia Internacional de Gracia de Dios (IIGD) del misionero Soares (cuñado de Macedo) y las Asambleas de Dios (AD), entre otras, vetando la ley que los eximía de impuestos. La bancada evangélica amenazó, se indignó y finalmente aceptó pues la “Justicia” encarceló al alcalde de Río de Janeiro Marcelo Crivella, sobrino de Macedo y Obispo de la IURD. Imputó también a Eduardo Paes, católico que transitó por seis partidos políticos y terminó apoyándolo, vinculándolo al caso Odebrecht y otros casos de corrupción. Su antiguo aliado Wilson Witzel fue encarcelado y destituido de la Gobernatura de Rio de Janeiro por comprar insumos médicos con sobreprecio en plena pandemia. Witzel criticó la gestión de la pandemia de JB.

La popularidad de Bolsonaro (JB) subió de 29 a 40% según IBOPE. La estrategia de JB es posicionarse desde una perspectiva bonapartista donde JB como persona sintetiza el Poder Político, en tanto la representación de la derecha, arrastrando el voto conservador y desligándose del apoyo de las iglesias que pretenden privilegios y afectan su popularidad. De ninguna manera es un “salto al vacío” respaldado por el discreto y poderoso “partido militar” que vuelve al poder y reivindica ante Brasil la feroz Dictadura del Golpe de 1964. En México tenemos la tragedia del Partido Encuentro Social (PES), ahora Encuentro Solidario. Su presidente Hugo Eric Flores consolida una opción propia. Disolvió el Consejo de Pastores (CP) que supuestamente lo respaldaba, aunque sabemos que éstos apoyaron al PRI y no al frente Juntos Haremos Historia. Las encuestas aseguran que el 2.4% que obtuvo estaba compuesto por 1.6% de evangélicos y 0.8% de católicos. Los cinco millones de evangélicos que apoyaron a AMLO votaron a MORENA y por ello el PES perdió el registro. Arturo Farela de CONFRATERNICE nunca quiso participar del CP de PES pues no concuerda con partidos confesionales. El intento de construir una opción política que deberá atravesar en solitario el fatídico 3% de los votos es un calculado “salto al vació”, si logra el mínimo requerido podrá designar sus propios candidatos en las elecciones de 2024, no como en el 2018 que sus candidatos eran designados por MORENA o AMLO.

La crisis de los partidos políticos evangélicos con perfil neopentecostal continúa en todo el continente. En Argentina, la alianza con un exponente comprometido con el Proceso Militar sufrió una debacle y obtuvo en las PASO el 2.81%, que disminuyó en la Primera Vuelta electoral (1.71%). Los pentecostales votaron por los peronistas (Fernández-Fernández) como ciudadanos y no como creyentes. Las elecciones de Perú fueron catastróficas para los neopentecostales conservadores que no obtuvieron más del 2% de la votación, y quienes se llevaron el voto de los pentecostales fue el FREPAP, expresión política de una secta milenarista que combina tradiciones prehispánicas con el adventismo, logró el 11.5 %. Los expertos en religión y política peruanos nos deben una explicación.

En noviembre tendremos las elecciones en Estados Unidos donde Trump está tratando de ganar las elecciones aglutinando a los votantes religiosos conservadores. Las relaciones entre Israel y países musulmanes impulsadas por Trump han sido exitosos pero el fantasma del racismo y el gatillo fácil de las policías locales “estropean” el panorama. Las minorías se sienten amenazadas en su integridad física, las iglesias evangélicas que las aglutinan y sectores importantes del catolicismo se sentirían mejor con Biden, sería el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos; el primero fue Kennedy. La vice de Biden, la afroamericana y bautista Kamala Harris comprometida con los derechos civiles y el control de los excesos policiales cuando fue fiscal en California. Para la influyente minoría judía, muy sensible a cuestiones como el racismo, Harris y los tres hijos de Biden casados con judíos sería una tranquilidad que les aliviaría el engorro de apoyar al inefable Trump. El lector comprenderá que muchas de las explicaciones mecanicistas de algunos autores sobre el conservadurismo evangélico están en crisis y como siempre la realidad cuestiona los dogmas.

*Profesor investigador emérito ENAH-INAH, doctor en antropología.

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