Por: Tirso Canales
La producción de café como nuevo rubro reciente y en ascenso de la economía salvadoreña tradicional, se vio fortalecida por el apoyo estatal que tomó las medidas para importar técnicos destinados al asesoramiento del cultivo. Los terratenientes dispusieron todo a favor de su perspectiva de dominación ejerciendo poder político abarcador. Para el año 1875, era evidente que la victoria económica correspondía a los cafetaleros agrupados como los más ricos terratenientes. La nueva mono-agro-exportación de café en aquel año, fue de 51%, mientras que la del añil sólo de 24% (Ob. Cit. Dr. Mario Flores Macal).
El grupo oligárquico de terratenientes, desde sus inicios como cabeza de clase dominante, tuvo la característica de ser centralizador en grado patológico, y atraía hacia sus esferas de dominio, todo lo que estuviera próximo a sus negocios:
1.- Ejercían la producción cafetalera explotando al pueblo con maneras “manchesterianas” o sea en condiciones infrahumanas y jornadas prolongadas mal pagadas.
2.- Dominaban el área de la circulación monetaria,
3.- Ejercían el comercio al por mayor en el interior del país mediante la modalidad “local de casas”: Casa Meardi, Casa Daglio, De Sola, Goldtree Liebes, etc. y compraban las cosechas de café a los pequeños productores a precios bajos a los que les habilitaban dinero sobre su futura cosecha.
4.- Posteriormente efectuaron actividades bancarias.
Los bancos ingleses penetraron la economía del país desde Colombia, y esto atrajo capital británico a El Salvador. Construyeron la empresa ferrocarrilera Salvador Railway Company a finales del siglo XIX, y al haber instalado el naciente sistema de transporte sobre rieles, organizaron el cobro de los impuestos aduanales para garantizarse el pago de la deuda por las inversiones realizadas con capitales provenientes del imperialismo británico.
Las tierras comunales, municipales y ejidales de procedencia estatal, por lo menos sumaban el 40% del área destinada de manera permanente al cultivo del café en el año 1878, y formaron parte de la acumulación capitalista original del país que por ser propiedad indeterminada, se apropió la burguesía proveniente de los terratenientes conservadores y liberales emparentados con extranjeros llegados de Europa.
Otros vinieron de Colombia (Guirola, Álvarez, Hill Tinoco, etc.) posteriormente (finales del siglo XIX y comienzos del XX) arribaron al país, judíos, palestinos y libaneses, conocidos en común como “turcos”, porque viajaban con pasaportes de Turquía.
La voracidad de la oligarquía local en crecimiento no conoció límites en la historia para concretar sus afanes de enriquecimiento. De ese modo obligaron en 1879 a los añileros rezagados a sembrar café. El Dr. Mario Flores Macal dice: “A partir de 1881/1882, se produjo la extinción definitiva, irreversible y violenta de aquellas tierras”, por medio de ataque directo.
Por esa vía muchos cultivadores inexpertos entraron en los ardides del empeño de sus terrenos, hasta verlos hipotecados y, en muchísimos casos robados mediante maniobras sucias de abogados inescrupulosos al servicio de los millonarios. De aquella forma brutal y arrasadora, los terratenientes salvadoreños unidos a grupos extranjeros impusieron el cultivo, comercio, beneficiación y exportación del café; se convirtieron en habilitadores de dinero, que los volvió grupo poderoso que nada respetó en materia económica ni leyes de la República.
Habiendo impuesto el dominio de su clase terrateniente-burguesía, ésta formó su cúpula: la oligarquía. Ejercía la presidencia directamente, o ponía y quitaba presidentes y ministros, y manejaba el país como si hubiera sido su propia finca. En el año 1895, la oligarquía cafetalera quedó consolidada y gobernaba enseñoreada en El Salvador, mientras que las antiguas comunidades indígenas, los artesanos y pequeños propietarios, el pueblo, habían sido sometidos a UN PROCESO DE EMPOBRECIMIENTO, EXPLOTACIÓN Y PROLETARIZACIÓN DESPIADADA que cambió la esencia de clase de modo definitivo de toda la sociedad, dejando clara la conformación salvadoreña de ricos y pobres y que duró alrededor de 70 años, como resultado de la independencia centroamericana. Los campesinos, de propietarios y dueños del país fueron transformados por aquel fenómeno económico-social arrasador en siervos de la tierra, colonos y simples jornaleros vendedores de fuerza de trabajo, sin un pedazo de tierra donde tener su propio rancho y familia. El pueblo salvadoreño que fue de pequeños propietarios quedó convertido en objeto de explotación directa con todo y su familia.
Resumen:
1-) Cuando concluyó en lo fundamental el proceso económico-social de 375 años (1524-1900), esbozado aquí, los aspectos relevantes de la política de despojo y saqueo por los terratenientes salvadoreños emparentados con extranjeros, no dejaba ninguna duda del tipo de clase concentradora de la riqueza que se propusieron ser.
2-) Sus objetivos de despojar a los pequeños propietarios de sus tierras, y el apoderamiento de hecho de las tierras estatales y ejidales que trabajaban las comunidades indígenas y mestizas, habían producido el empobrecimiento y proletarización masiva de trabajadores campesinos.
3-) Al no tener medios de producción que los uniera a la gestión económica principal del país, como productor de añil o café para el mercado, quedaron excluidos de la actividad económica productiva.
4-) La concentración y centralización de la riqueza de la tierra en manos de un grupo reducido de familias, los convirtió en simple fuerza de trabajo para ser empleada en fincas y haciendas ajenas. La obra egoísta y deshumanizada de los terratenientes aburguesados fue hecha a la medida de su esencia explotadora.
5-) El pueblo salvadoreño luchador por la existencia y por los principios de la independencia nacional, a lo largo de ese período fue despojado de todos sus bienes materiales y convertido en paria (mendigo en su propia tierra).
6-) Era manejado y conducido con bastante facilidad, bajo los efectos de la ideología, de los grupos más retrógrados –entre los que sobresalió la Iglesia Católica-, en medio de un régimen injusto, cuya política de degradación y explotación de los trabajadores fue el centro de sus objetivos.
7-) Lo sorprendente en el proceso social de proletarización descrito, es el sojuzgamiento real de que el pueblo salvadoreño ha sido víctima, y no haber logrado la unidad de clase necesaria para liberarse y conquistar el triunfo de la justicia y la equidad social sobre sus opresores.