Por: David Brooks
La noche del lunes, cuando regresó a la Casa Blanca, el aún contagioso Donald Trump, sabiendo bien que las cámaras estaban captando cada paso, bajó de su helicóptero, caminó hacia las escalinatas traseras de la residencia, subió al primer piso donde está el pórtico y con efecto dramático premeditado se quitó el cubrebocas frente a todos y dio un saludo que, en su mente, fue un gran acto presidencial: el ahora superman había regresado de enfrentar la pandemia.
Médicos, expertos en salud pública y aquellos que han perdido seres queridos (más de 210 mil) por el virus y los que siguen sufriendo en el país más contagiado del mundo, con más de 7.5 millones, expresaron su ira ante el mensaje presidencial de “no teman al Covid… no dejen que domine sus vidas”. Muchos destacaron que la abrumadora mayoría no cuenta con el acceso al servicio de salud que goza el mandatario.
El contrincante demócrata de Trump, Joe Biden, declaró esta semana en un discurso, en obvia referencia a todo este teatro, que el uso de cubrebocas no es una declaración política. Es una recomendación científica
, y su campaña y otros demócratas explicaron que sirven no para protegerse de otros, sino para proteger a otros.
Pero para Trump –cuyos doctores informaron que el presidente progresa sin síntomas– el objetivo es presentarse como el conquistador del virus y con ello, reiterar que el Covid-19 no es tema importante y que será superado próximamente, y, una vez más, que no es nada peor que la influenza, algo que las estadísticas de su propio gobierno comprueban que es falso. Hasta Facebook censuró ese mismo mensaje de Trump al calificarlo como información engañosa.
Como parte de su show, Trump tuiteó que tiene la intención de presentarse en el segundo debate con Biden la próxima semana en Miami.
Biden, por su parte, comentó que no debería de realizarse un debate mientras el presidente Trump siga contagiado.
Biden no quiere
Trump, sin síntomas de #COVID 19 ya piensa en el próximo debate frente a Joe Biden. El candidato demócrata, sin embargo, sostiene que el debate no debería celebrarse si el presidente sigue enfermo.#madeforminds #TrumpVirus /e pic.twitter.com/CIBpBB2X0T
— DW Español (@dw_espanol) October 7, 2020
Aunque el presidente busca proclamar victoria, el Covid-19 tiene sitiada a la Casa Blanca y otras partes de su gobierno. Ayer se divulgó que su asesor estratégico y arquitecto de su política antimigrante Stephen Miller (quien entre otras cosas es en parte responsable del incremento de migrantes expuestos al virus en centros de detención privados) ha dado positivo, sumándose al creciente elenco de por lo menos 11 integrantes de alto nivel en el equipo del presidente que han sido contagiados, entre ellos su esposa, su jefe de campaña de relección, la secretaria de prensa, y por lo menos dos asesoras.
Y ahora el Covid-19 brincó de los niveles más altos del mando civil al mando militar del país: ayer, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, informó que con casi todos sus integrantes en el Pentágono, estará en cuarentena después de que un almirante dio positivo.
Suspende paquete de estímulo económico
En otro rubro, Trump ordenó a su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, suspender pláticas con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, sobre un segundo paquete de estímulo económico hasta después de la elección. La decisión aparentemente tomó a varios de sus propios asesores por sorpresa, ya que avances en esa negociación estaban sosteniendo el cauto optimismo en los mercados financieros, algo que Trump siempre señala –también engañosamente– como un indicador de su gran
manejo de la economía.
Poco antes del anuncio, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, había declarado que tal asistencia era esencial
para la recuperación económica del país. Inmediatamente después del anuncio vía tuit presidencial, los valores en Wall Street se desplomaron.
Y a 28 días de la elección, los sondeos continúan generando malas noticias para el presidente y su partido, con una encuesta nacional de CNN, la más reciente, registrando una ventaja de 16 puntos para Biden, la más amplia hasta la fecha. Más aún, varios de los estados que determinarán el resultado final en el colegio electoral favorecen cada vez más a Biden, con su ventaja en Pensilvania, considerado esencial para ambos candidatos ahora ampliándose a siete puntos según sondeo del New York Times, junto con avances en Wisconsin, Arizona y Florida.
La noche del miércoles está programado el primer y único debate entre los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, el republicano Mike Pence y la demócrata Kamala Harris, quien se espera pondrá al centro el manejo irresponsable de la pandemia por esta Casa Blanca.