Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Cuando hablamos de un nuevo sindicalismo, se piensa que se trata de un acomodamiento sindical a la patronal, al patrono capitalista y explotador, por tanto cada vez menos autónomo e independiente para tomar sus propias decisiones a lo interno-externo del Sindicato. Es más claro, cuando hablamos de un sindicalismo nuevo, que es un sujeto capaz de entender su realidad y buscar una congruencia con ella, sin vender sus principios y valores que es la esencia que lo define como tal.
En el socialismo la lucha de clases no existe en tanto no hay fuertemente visibilizada una contraparte explotadora; y el Estado se apodera de todo lo que rige a una sociedad, resultando en un estatismo y entonces el dominio se ejerce desde el Estado, no desde el grupo de empresarios capitalistas que disponen del poder para no ser regulados y obtener ganancia, lucrándose de las necesidades de la gente. En consecuencia el sindicato qué reivindica—si el Estado lo regula todo de acuerdo a las necesidades de cada quien—Lo lógico entonces sería una lucha para desvincularnos del dominio estatal, pero si tenemos aspectos vitales para una existencia en sociedad cubiertos como salud, educación, vivienda, alimentación, recreación – deporte y otros por el Estado, sólo quedaría el salario, sin embargo—en mucho el salario sirve para cubrir condiciones materiales de existencia a través del trabajo, por ende no tendría sentido hacer una lucha por obtener mejoras salariales que sirvan para cubrir necesidades que ya tenemos—base ideológica para el consumo–.
En el sistema capitalista, el salario no alcanza para cubrir las necesidades, y el Estado no es garante de que la población disponga de la satisfacción de sus condiciones materiales de existencia, por consecuencia existe una fuerte clase capitalista que se apodera de todo; y rige nuestras vidas en una clara acción de explotación-y es la base de la lucha de clases—es decir el proceso de toma de conciencia de su situación de explotado por un claro explotador. No obstante, personas trabajadoras defienden la ganancia del explotador; y ocurre lo que denominamos la alienación y enajenación del trabajo. ¿Por qué le hacemos la plata al dominante capitalista, a costa de nuestra propia existencia?
En un país como el nuestro donde la clase dominante es muy fuerte y, hay una clase trabajadora sometida a su poder; además de un Estado genuflexo a ese poder y sometido a las reglas del mercado—no queda mucho espacio para entender el problema y salir de él, por ello hablamos de un nuevo sindicalismo, capaz de entender la ecuación y buscar soluciones inmediatas y mediatas que alcancen la realización y desarrollo humano. Ante esta realidad se lucha por que exista una fuerza que equilibre de los abusos y discrecionalidades de un grupo dominante sobre el otro más desvalido. Y de allí que los procesos eleccionarios tienen la vigencia para supuestamente apoyar por la vía del voto al grupo que se compromete para cambiar esa situación y crear el bienestar común para todos (as).
La lucha electoral trasciende la simple cuestión de alcanzar el poder, nunca se habla de para qué, y autores han dicho que para conocer a alguien lo que es, dale el poder y sabrás de quien se trata; y así ha sido nuestra historia, personas abusadoras al ejercer el poder, que anulan la libertad como una necesidad fundamental de los seres humanos, y terminan imponiendo el modelo que favorezca sus intereses más mezquinos y avaros.
En la década del 60 del siglo pasado, surgió el gobierno militarista del PCN, donde se conjugó un claro sometimiento de los empleados públicos al poder castrense, denominada Asociación General de Empleados Públicos y Municipales-AGEPYM, que fue haciéndose de un poder con una clara cooptación de la membresía, que sometida al poder recibía las instrucciones para mover la base con la que se ganara las elecciones. Después se va creando el poder empresarial e igual se van creando grupos sindicales que les defienden sus intereses y se movilizan para votar en pro de los intereses del patrón—maquilas, sistema de la construcción, bancos, comercio, agro industria, exportación y demás. Surgiendo el sindicato de la construcción plegado a las patronales del cemento, la vivienda, carreteras e infraestructura en general y ligados a obras públicas.
Y la salud que fue haciéndose muy poderosa en tanto mercancía y junto a laboratorios, farmacéuticas y profesionales en esos campos, que agrupados se concentraron en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social. De ahí la necesidad de cooptar al sindicato de la salud.
*Sindicalista salvadoreño