Un falo de piedra de 28.000 años encontrado en 2005 en Alemania, en el yacimiento de Hohle Fels, se reconoce como el «juguete sexual» más antiguo conocido jamás encontrado.
Hace unos años, en 2015 concretamente, unos arqueólogos polacos estaban excavando en una letrina de una escuela de espadachines en Gdańsk y encontraron sin esperarlo un juguete sexual «en excelentes condiciones» que databa de hace 250 años. La ubicación y la forma de este «Satisfyer» del s.XVIII sugería que se usó para el placer personal. De 20 centímetros, construido con cuero relleno de cerdas y terminado en punta de madera, este descubrimiento supuso un «hallazgo extraordinario para las personas que investigan la historia de la erótica». Pero casi es un objeto moderno, porque la historia de estos objetos ha acompañado a la humanidad casi desde siempre.
De hecho, las representaciones físicas del falo existen desde hace miles de años. El artefacto recuperado más antiguo con esta forma se encontró en el Paleolítico. Porque durante miles de años, los objetos fálicos se utilizaron como símbolo para aumentar la fertilidad y alejar a los espíritus malignos, pero, también, su uso como ayudas sexuales cuenta con una muy larga trayectoria…
Griegos, romanos, egipcios, chinos…
Como recuerda «Ancients-Origin», las referencias históricas a los juguetes sexuales se remontan a hace milenios. Se sabe que tanto hombres como mujeres romanos y griegos usaban objetos fálicos por placer. En «Lisístrata» (411 a. C.), Aristófanes habla de la misión de una mujer para poner fin a la guerra del Peloponeso y escribe que las mujeres discuten sobre el uso de juguetes sexuales para negar el sexo a sus maridos en un esfuerzo por detener el guerra.
Y el Medio Oriente, los registros históricos se refieren a egipcios que utilizan heces de camello recubierto de resina, tan firme como suave, como ayuda sexual. En «Las mil y una noches árabes» se comenta que los consoladores están hechos de oro, plata, o marfil intrincadamente tallado, cuenta también «Ancients-Origins». Y se cree que los griegos fueron los primeros en usar cuero o intestinos de animales para cubrir un pene esculpido, para que pareciera más natural.
También, por ejemplo, la estimada como una de las primeras referencia al sexo oral en la historia está incluida en un mito egipcio y tiene que ver con un pene de arcilla. Después de que el dios Osiris fuera asesinado y descuartizado por su hermano Seth (el mal), su esposa y su hija viajaron alrededor del mundo recolectando todos los pedazos del cuerpo de Osiris. Al no encontrar su miembro viril, su esposa esculpió un pene en arcilla, lo unió a su cuerpo y le devolvió a la vida a través de una felación. Y uno de los los objetos más extraños hallados por los arqueólogos del Antiguo Egipto es un primitivo consolador fabricado con restos del pene de un cachalote. Se dice, además, que Cleopatra fue la inventora del primer vibrador de la historia, pero realmente no hay ninguna evidencia histórica que lo sostenga.
Y sobrevolemos el pasado de China. En 2017, se descubrieron durante la excavación de unas tumbas pertenecientes a la dinastía Han (que abarca del 206 adC al 220 dC), diversos dildos fabricados en bronce y también en jade. Como se intuye, estos juguetes eróticos fueron encontrados en sepulturas de personas pertenecientes a la realeza y nobleza.
También recuerda «Ancients-Origins» que los objetos fálicos no solo se usaban para el placer sexual. En la antigua Grecia, se creía que la «histeria» (causaba insomnio, inestabilidad mental, etc.) era una condición médica causada por la falta de un «paroxismo histérico» (orgasmo). Hipócrates recetaba entonces a las mujeres que usaran juguetes sexuales de piedra o madera para prevenir esta enfermedad. Esta creencia de que las mujeres podían sufrir «histeria» incluso pervivió hasta principios del siglo XX.
Y cuando comenzaron las excavaciones en la antigua ciudad romana de Pompeya en el siglo XVIII, el lugar resultó estar lleno de penes. Allí había falos dibujados, esculpidos y tallados sobre los dinteles, en los hornos de pan, tallados en la calzada, y miembros con campanillas que sonaban al abrirse la puerta o agitarse el viento. Incluso penes con alas. Este último icono, el ave pene es, para la historiadora Mary Beard, mezcla de chiste y de celebración impúdica.
TOMADO DE ABC